En los últimos días se ha vuelto a popularizar en internet un texto del 2013 que responde a la pregunta de por qué son tan infelices algunos miembros de la Generación Y, los llamados Millennials que nacieron entre el fin de los 70 y mediados de los 90.
El grupo en cuestión es el de los “yuppies”, millennials que se creen protagonistas de su propia vida y personas especiales.
En el artículo, Tim Urban explica que la felicidad está dada por una sencilla fórmula:
«Felicidad = Realidad – Expectativas»
El problema inicia con los padres de los yuppies, los pertenecientes a los “baby boomers”, criados entre finales de los 40 y los 60, quienes fueron educados para construir una carrera que fuera práctica y les diera seguridad financiera, una especie de campo verde y feliz para su vida. El secreto para conseguirla era trabajo duro y constante por muchos años.
Conforme los “baby boomers” hicieron carrera, la realidad resultó ser mejor a sus expectativas, por lo que su satisfacción neta o felicidad era positiva.
Cuando esta generación tuvo hijos, los Millennials, los educaron con la idea de que podían ser lo que quisieran si trabajaban lo suficientemente duro. Así, la idea de tener una carrera que los llenara y cumpliera sus sueños empezó a ser más popular que una carrera que les diera seguridad financiera.
En consecuencia, los millennials, y en particular los yuppies, quieren el mismo éxito económico y seguridad financiera que consiguieron sus padres, pero también anhelan una carrera que los llene. En la analogía, quieren no sólo un campo verde y feliz, sino uno con flores de colores.
Pero según Urban, además de haber sido educados con la idea de ser lo que quisieran, a los yuppies sus padres también les dijeron que eran especiales. Esto ocasionó que los yuppies crean que su carrera debe ser mejor que la de los demás; un campo verde, feliz, con flores y un unicornio.
Comparados con sus padres, la expectativa de los yuppies de su carrera es que alcanzarán un mayor éxito (por su ambición) más rápido (por ser especiales) que sus padres.
Pero el mundo sigue exigiendo a la gente trabajo duro para alcanzar el éxito, sin mencionar que las condiciones económicas y laborales que enfrentan los millennials son más difíciles. Esto causa que la realidad no cumpla con las expectativas planteadas, lo que hace que la fórmula de felicidad tenga un resultado negativo y genere frustración y decepción.
Urban agrega que eso no es todo. Las redes sociales juegan en contra de la felicidad de los yuppies insatisfechos, pues gracias al control de la imagen que se proyecta en Facebook, Twitter o Instagram, los yuppies creen que otros están mejor que ellos. Esto lleva a mayores sentimientos de frustración e incluso de envidia.
¿Qué hacer?
El texto de Urban cierra con tres consejos para los yuppies:
Mantente ambicioso:
Es sólo cuestión de encontrar la oportunidad correcta (que abundan) y trabajar duro.
Deja de pensar que eres especial:
No lo eres, eres una persona inexperta más que con el tiempo aprenderá y sobresaldrá, pero eso implica esfuerzo y paciencia.
Ignora a los demás:
Aunque aparenten no serlo, la mayoría de tu generación es igual de inexperta, indecisa y frustrada como tú.
Fuente: Dinero en Imagen