Elizabeth Taylor dedicó muchos años y esfuerzo a la lucha contra el sida. Pero la actriz no sólo recurrió a fundaciones y eventos altruistas, sino que, al parecer, incurrió en actividades que rayaban en lo ilegal con tal de ayudar a quienes padecían esa enfermedad.
De acuerdo con Kathy Ireland, activista y amiga de Taylor, ésta desarrolló en los años 80 una red clandestina para conseguir medicamentos experimentales para tratar el VIH.
«Mucho del trabajo que realizó era ilegal, pero estaba salvando vidas. Era una época en la que no debías hacer esas cosas. Algunos de sus amigos le recomendaban que dejara todo por la paz.
«Incluso recibió amenazas de muerte. Sus amigos le colgaban el teléfono cuando les llamaba para pedirles ayuda. Pero algo que amé siempre de Elizabeth fue su valor», contó Ireland a Entertainment Tonight.
Lo que Taylor hacía es muy parecido a lo que se retrata en la cinta El Club de los Desahuciados, donde la gente infectada con el virus del sida prácticamente estaba condenada a morir por falta de medicamentos.
En esa época, mientras las autoridades sanitarias trabajaban por encontrar una cura, prohibían el uso de retrovirales experimentales. Éstos, sin embargo, se podían conseguir de manera clandestina en países como México, Suiza y Suecia.
La estrella de Hollywood tenía una casa de seguridad en la que recibía los medicamentos y los entregaba a los enfermos.
Posteriormente, la actriz creó la Fundación Elizabeth Taylor, que encabezó hasta 2011, cuando falleció. A través de esa organización, logró recaudar millones de dólares que se destinaban a la investigación y educación en torno a la enfermedad en más de 30 países.
Ireland también se refirió a Charlie Sheen, quien recientemente reveló que es seropositivo.
«Mi corazón y mis oraciones están con él y con todos aquellos que están lidiando con esa situación. Es desconsolador», dijo.
Asimismo, apoyó las declaraciones del actor en el sentido de que es improbable que haya contagiado a alguien.
«Es muy difícil transmitir la enfermedad cuando estás bajo tratamiento médico», señaló.
Fuente: Reforma
