Con la renovación de su torre del Bajo Manhattan, Citigroup Inc. quiere ofrecer todas las comodidades de los rascacielos modernos, incluyendo una terraza en la azotea, un gimnasio de última generación, un café más sabroso y ascensores más veloces.
Sin embargo, cuando los altos ejecutivos se trasladen este mes a sus nuevas instalaciones en el edificio de 39 pisos, faltará una cosa: oficinas.
El tercer mayor banco de EU adoptó un diseño de planta abierta, más identificado con las startups tecnológicas que con los conglomerados bancarios globales. Nadie, ni siquiera el presidente ejecutivo Michael Corbat, tendrá una puerta. La mayoría de los empleados no trabajará en escritorios propios.
Citigroup asegura que el nuevo diseño ayudará a conectar a la gente cara a cara, a incrementar la energía laboral y a ahorrar dinero mediante la ubicación de más personas en un mismo espacio.
El proyecto es parte de un esfuerzo más amplio para convertir la torre en el barrio neoyorquino de Tribeca en la sede de Citigroup. Para concentrar la toma de decisiones bajo un mismo techo, el banco planea trasladar allí su base de operaciones de su actual ubicación en Park Avenue.
Las oficinas antiguas tienen lo que se podría definir como un estilo bancario de mediados del siglo 20: paneles de caoba oscura, paredes tapizadas de cuero rojo y estanterías llenas de gruesos volúmenes con la ley del estado de Delaware.
Tales oficinas son actualmente la sede oficial del banco, donde trabajan Corbat y un puñado de sus principales colaboradores. El director general Jamie Forese y otros ejecutivos trabajan en la torre de Tribeca.
El diseño de la nueva sede es minimalista y más igualitario. Como la mayoría de los escritorios no están asignados, los empleados deben llevarse consigo sus fotos familiares y efectos personales después de cada jornada. Todos tienen una ventana, pero nadie cuenta con total privacidad.
Corbat, que comenzó su carrera en el cacofónico piso de operaciones de Salomon Brothers en 1983, presionó por el nuevo diseño a pesar de que sabe que no va a ser universalmente popular entre el personal.
«Probablemente habrá ocasionalmente una persona que diga: ‘He pasado la mayor parte de mi carrera en una oficina y no quiero cambiar eso ahora'», indicó Corbat. «Pero (esta opinión) hay que contrapesarla con los beneficios para el resto de la organización, es un riesgo que nos sentimos cómodos tomando».
Los investigadores discrepan sobre si las oficinas abiertas fomentan más la comunicación que la distracción del personal. Corbat, quien es partidario de los primeros, cuenta que se inspiró en otro veterano de Salomon Brothers, Michael Bloomberg, quien como alcalde de Nueva York trabajó desde un escritorio en medio de la alcaldía.
El espacio de trabajo sin paredes buscar reducir las jerarquías, algo sobre lo cual los bancos tradicionalmente se han construido. Cuando dirigía Shearson Loeb Rhoades desde las alturas del World Trade Center, el ex presidente ejecutivo de Citigroup, Sandy Weill, tenía una chimenea en su oficina. Con casi 60 metros cuadrados, la actual oficina de Corbat en Park Avenue es más grande que muchos apartamentos de Manhattan.
Corbat enfatizó su deseo de estimular la comunicación entre empleados que normalmente pasan el día sin hablarse entre sí. El ejecutivo está particularmente entusiasmado con la plaza ubicada en la planta baja. «Se verá obligado a tropezarse con otras personas», aseveró. «Quiero que la gente interactúe en torno de nuestro negocio e ideas».
El nuevo espacio de trabajo de Corbat mide unos 33 metros cuadrados y no tiene paredes ni puertas. En su lugar, cuenta con divisiones de vidrio de unos dos metros de altura para proporcionar lo que el banco llama «privacidad de asiento». Otros ejecutivos tendrán espacios semiprivados de aproximadamente 16 metros cuadrados.
Cuando Corbat anunció sus planes, hizo una oferta que la mayoría de los trabajadores consideró meramente retórica: cualquiera que tuviera un problema con el diseño podría ir a hablar directamente con él.
Ray McGuire, quien dirige la división de banca corporativa y de inversión del banco y de quien depende un ejército de banqueros muy bien remunerados, le tomó la palabra. McGuire dice que temía que su personal se sintiera incómodo con la nueva configuración y que esto afectara la manera en que prestan servicios a los clientes. «Cuando estás en un sector que se resiste al cambio y diriges un grupo de personas que han sido exitosas, una nueva idea puede ser difícil de adoptar», reconoció McGuire, quien agregó que Corbat lo ayudó a convencerse de que las nuevas instalaciones ayudarán al banco a prestar mejor servicio a los clientes al fomentar la colaboración entre empleados y captar talento joven. Además, añadió, «muchas personas están fuera de la oficina en reuniones con los clientes de todos modos».
Otras firmas financieras han adoptado elementos del diseño moderno, pero incluso los bancos que han incorporado algunos espacios abiertos han mantenido oficinas privadas para casi la totalidad de sus altos ejecutivos.
Como parte de su investigación, Citigroup recorrió las oficinas de rivales como Goldman Sachs Group Inc., en Nueva York, así como las de Facebook Inc., en Silicon Valley.
Sólo los tres pisos más altos de la sede de Citigroup en Tribeca estarán completamente renovados cuando los ejecutivos se muden en enero. Los cambios en el resto del edificio se completarán durante los próximos cuatro años. Cuando la renovación haya finalizado, el rascacielos tendrá capacidad para unos 12 mil 500 empleados, frente a los actuales 9 mil.
El banco dice que tuvo muy en cuenta las preocupaciones de sus empleados. El diseño, desde los generadores de ruido blanco, que aislan ruidos molestos, a las paredes y techos que absorben el sonido, busca minimizar la distracción de conversaciones cercanas. Cada planta tendrá varias salas de conferencias y pequeñas cabinas telefónicas para conversaciones privadas. El banco considera instalar «niebla instantánea» en algunas de esos habitáculos con paredes de vidrio. A los empleados se les ha dicho que se adapte mediante el uso de auriculares y hablando en voz más baja.
«Si repasamos la historia de los pisos de negociación, hay (en ellos) un nivel extremadamente alto de productividad», manifestó Don Callahan, director de operaciones y tecnología de Citigroup y supervisor de la renovación. «Si somos capaces de adaptarnos a un entorno distinto al de un recinto bursátil, nos va a ir espléndidamente bien».
Fuente: Negocios Reforma