En la actualidad el mercado de productos cosméticos es enorme y existe más de una solución para cualquier problema de belleza que podamos tener. En este mundo tan competitivo, ha crecido también la conciencia de los consumidores sobre los ingredientes que buscan y palabras como “parabeno” o “sulfato” se han convertido en elementos a evitar. A esta lista debemos aumentar un término más, el de microbeads o microplásticos.
Los microplásticos son diminutas esferas que se usan tanto en productos cosméticos (en especial en exfoliantes y pastas dentales) como en investigación científica. Cuando compramos productos que los contienen y los utilizamos, las pequeñas esferas de menos de 5 milímetros se van por el desagüe y acaban en los océanos, contaminando y causando la muerte en las especies que los consumen.
El conocimiento sobre el daño que causan las microbeads no es nuevo. En 2014, el Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) calculó que la basura plástica en los mares causa pérdidas de 3 mil millones de dólares al año. Según estudios citados por Fast Company, tan solo en los Estados Unidos 800 millones de estas microesferas son descargadas al agua, ya que una sola botella de limpiador facial contiene 1.4 millones de ellas.
Aunque por mucho tiempo ni las compañías ni los gobiernos tomaron medidas drásticas para evitar esta terrible contaminación, en Estados Unidos acaba de pasar una ley que prohíbe las microesferas, y algunas compañías, como adidas, se adelantaron y se comprometieron a eliminarlas de sus productos cosméticos.
En una entrada de blog de noviembre de 2015, Jochen Denninger, VP de alianzas estratégicas de adidas, escribió sobre la decisión de la empresa, producto de su ya muy fructífera alianza con Parley for the Oceans.
Explicando que la compañía vende algunos productos que contienen estos elementos y que fue denunciada por ello en un informe de Greenpeace, el ejecutivo afirma: «en el contexto de nuestra asociación con Parley era claro que no podíamos continuar ofreciendo productos con microesferas.» Por ello llegó a un acuerdo con Coty, la empresa que tiene licencia para fabricar cosméticos de la marca, y desde enero de 2016 ya no se producen artículos con microbeads plásticas, un avance de casi 2 años con respecto a otras compañías que también se han comprometido a eliminarlas.
La organización Beat the Microbead ofrece en su sitio web un extenso listado de productos de conocidas compañías (como Johnson & Johnson y Esteé Lauder) que contienen estas microesferas. Y si la razón ambiental no te convence de evitarlas por completo, debes saber que tampoco son buenas para el cuidado de la piel, ya que pueden desgarrarla y permitir el paso de bacterias.