Las entregas de premios cinematográficos son desde hace décadas eventos esperados por la prensa, el público y la misma industria como una oportunidad para promover películas, impulsar el talento de ciertos artistas y mostrar lo último de la moda, pero también para convertirse en una plataforma desde la cual hablar sobre temas ambientales y sociales que sean importantes para las estrellas.
En las últimas ediciones de eventos importantes como los Emmy, los Oscar o los Globos de Oro, se ha visto un énfasis en temas como la equidad de género en las preguntas que se hacen a los famosos, en la equidad racial, en la inclusión de personas LGBT a la industria o en la libertad de expresión, por mencionar tan solo algunos.
El pasado 10 de enero se llevó a cabo una entrega más de los Globos de Oro y por desgracia esta tendencia no continuó, ya que desde su monólogo inicial el comediante Ricky Gervais hizo chistes transfóbicos y misóginos a expensas de Caitlyn Jenner, para después bromear respecto a las acusaciones de abuso sexual contra Roman Polanski y Bill Cosby.
La ceremonia continuó con pocas referencias responsables, excluyendo un muy divertido y real momento entre Eva Longoria y America Ferrara, quienes se burlaron sutilmente de la forma en la que son estereotipadas en Hollywood o confundidas con otras actrices de origen latino: «Soy Eva Longoria, no Eva Mendes.» «Y yo soy America Ferrara, no Gina Rodríguez.» «Y ninguna de las dos es Rosario Dawson», concluyó Longoria.
Pero cuando creímos que así continuaría la noche, Leonardo DiCaprio subió al escenario para aceptar un Globo de Oro por su actuación en El renacido. Sería lógico pensar que el actor hablaría sobre cambio climático, un tema que ha tocado mucho en la promoción del filme, pero fue más allá y dedicó su galardón a todos los pueblos indígenas del mundo, comprometiéndose con una causa muy poco común en Hollywood.
Y finalmente quiero compartir este premio con las Primeras Naciones representadas en esta película y con las comunidades indígenas de todo el mundo. Es tiempo de que reconozcamos su historia y protejamos sus tierras indígenas de intereses corporativos y de las personas que quieren explotarlas. Es tiempo de que escuchemos su voz y protejamos este planeta para futuras generaciones.»
Estas palabras, que merecieron aplausos del público, tienen antecedente en la noche de los Oscar de 1973, cuando Marlon Brando no acudió a recoger su premio por su trabajo en El padrino, enviando en su lugar a Sacheen Littlefeather, una chica nativoamericana que dio un discurso criticando la representación de los pueblos nativos en Hollywood y la masacre de Wounded Knee, que sucedió unas semanas antes.
Así que, a pesar de que se habla más del momento incómodo que protagonizó con Lady Gaga, hay que recordar que DiCaprio fue de las pocas celebridades que utilizó su momento en el escenario para llamar la atención sobre un importante tema social.
