Es muy cierto que el código de vestimenta de una empresa habla de la misma, pero admitámoslo, los tiempos han cambiado, y en la actualidad el tener un código casual no habla de una compañía informal o descuidada, sino de una empresa que se interesa por sus empleados y su talento más allá del aspecto físico.
No es necesario convertirte en un famoso multimillonario como Mark Zuckerberg o Steve Jobs ni trabajar en Google para poder vestir de la manera más cómoda. Poco a poco las empresas van modificando sus políticas ofreciendo a sus colaboradores la oportunidad de ser ellos mismos y demostrar sus habilidades.
La idea de que la productividad y la eficiencia están directamente relacionadas con la formalidad y la seriedad está quedando atrás, sobre todo entre las empresas dirigidas por gente joven y las más innovadoras y creativas.
De acuerdo con algunos expertos, la vestimenta informal puede ayudar con el pensamiento creativo; además despierta el sentido de pertenencia con la organización, se incrementa la confianza y se crea un mejor clima laboral, teniendo como resultado una mayor productividad.
Grupo Modelo ha implementado una política donde todos los días son casual friday, es decir los colaboradores pueden ir a trabajar vestidos como les sea más cómodo. Incluso el mismo CEO de la compañía, Ricardo Tadeu, asiste a las reuniones vistiendo jeans, playera y cómodos tenis.
La empresa justifica esta iniciativa afirmando que para la misma “lo que importa es el talento” y compartiendo imágenes acerca del dress code más adecuado con mensajes como “¡amamos los jeans!” o “el maquillaje es opcional”, entre otros.
Sin duda esta política es un acierto para la marca, mostrando a sus colaboradores libertad y confianza en su trabajo, al tiempo que se retiene y motiva al talento en la empresa. Además marca la diferencia dentro de una industria que generalmente no se muestra flexible en este tipo de temas.
Esta información aplica a las personas que trabajan en oficinas por supuesto. Las personas que laboran en plantas industriales tienen que sujetarse a otros requerimientos de seguridad por ejemplo.
En efecto es más cómodo trabajar con lo que te sientes a gusto, en cuanto a vestimenta se refiere.
Sin embargo, el cuerpo de ventas, en el caso de la compañía en la que laboro, tuvo que sujetarse a un código mucho más formal al momento de visitar a algún cliente, el argumento, no todas las empresas tienen comparten esta visión.
Claro, no quiere decir que esto sea la nueva norma; como bien mencionas, hay casos muy claros donde el código de vestimenta es otro, como en instituciones médicas, sobrecargos, ventas, milicia, restaurantes, etc. Básicamente donde hay un rostro hacia el público.