En la nueva campaña de Aerie, marca de lencería de American Eagle que desde 2014 anunció que dejaría de retocar las imágenes de su publicidad, aparecen cinco chicas, una de las cuales es Barbie Ferreira, modelo de tallas extras. Según New York Magazine, su presencia es «revolucionaria».
Por desgracia, aunque el adjetivo parezca exagerado, es preciso, al menos cuando se refiere a Aerie. Aunque la marca sí lleva más de dos años diciendo no a los retoques mediante su campaña AerieReal, las modelos que presentaba eran siempre de talla decididamente pequeña y en su mayoría de raza blanca. Es decir, no se trató de un paso muy grande a favor de la diversidad en los cuerpos ni de la destrucción de estándares de belleza nocivos.
En un video producido por Aerie, Ferreira, de 19 años, aparece con un traje de baño rosa de dos piezas y explica que para ella es muy importante que no se retoque su imagen, ya que «las personas van a saber que así es como me veo, sin la percepción de otra persona respecto a cómo se tiene que ver mi cuerpo.» Sin duda, palabras poderosas que recuerdan que una modelo, sobre todo una de tallas extras, constantemente tiene que verse a través de los ojos de otros.
Sin embargo, las primeras imágenes de la campaña, lanzadas la misma semana que otra Barbie, la muñeca, causó revuelo por sus curvas, demuestran que los esfuerzos del mundo de la moda por parecer más incluyente y unirse a la tendencia «belleza real» están muy lejos de ser en verdad revolucionarios.
Mattel rediseñó por completo su producto más popular, agregando opciones que reflejan el diverso mundo en el que vivimos, mientras que Aerie hizo una adición simbólica que no comunica un verdadero cambio en la concepción de la publicidad dirigida a mujeres jóvenes.
Se trata, sí, de un paso en la dirección correcta, pero tal vez lo que se necesita ahora, a más de diez años de la campaña de «belleza real» de Dove, no son pasos sino avances mucho más consistentes, auténticos y sinceros.
