Uno de los preceptos básicos de la responsabilidad social es la importancia de que la empresa se involucre con la comunidad que la rodea de una forma que vya más allá de las interacciones de mercado.
Este acercamiento no solo ayuda a que la compañía obtenga su licencia social para operar sino que puede ayudar a motivar a los colaboradores, quienes prefieren trabajar con una organización que tenga un propósito más allá de generar ganancias.
Dusty Wunderlich, fundador y CEO de la empresa de plataformas y tecnologías financieras Bristlecone Holdings escribe en Triple Pundit sobre tres lecciones que ha aprendido su compañía en lo que se refiere a involucrarse con la comunidad.
1. Visibilidad y alianzas estratégicas:
Una empresa pequeña y nueva como Bristlecone Holdings el conectarse con grupos de interés con influencia es crucial. Es por eso que varios de sus colaboradores son parte de consejos y juntas directivas en sus comunidades, mientras que sus directivos se involucran en la política local, trabajando para discutir legislación futura y el impacto que podría tener en la comunidad empresarial.
Además de que estas actividades benefician a la empresa y a su crecimiento, también atraen a otros negocios similares a la región.
2. Compatibilidad en la misión:
Esta compañía busca a grupos que compartan su misión y valores. Por ejemplo, trabaja con una organización llamada Zawadisha, que provee de pequeños préstamos con gran impacto a mujeres en Kenya. Este trabajo está en línea con las metas de Bristlecone Holdings de ayudar a las personas a obtener mejor financiamiento.
3. Impacto comprobado:
Cualquier OSC que se respete podrá proveer de reportes de resultados de cualquier alianza, logrando así iniciativas que provean de beneficios tangibles que resuenen dentro de la comunidad.
El CEO recuerda que el papel de la empresa en una alianza no tiene que ser tan solo monetario, sino que puede incluir ofrecer los talentos de su personal para una causa que se alinee con sus valores.
