Las mujeres y los miembros de minorías (personas LGBT, indígenas, de raza negra, etc.) no solo encuentran más difícil ser ascendidos a puestos de alta dirección, sino que también corren más riesgos al llegar a ellos.
A este fenómeno, en el que una empresa que se encuentra en un momento difícil contrata a una mujer para liderar, por lo que ella tiene más probabilidades de caer ya que está en lo más alto, se le llama acantilado de cristal.
El portal Fast Company sugiere que quienes quieren evitar caer por este precipicio sigan tres pasos antes de aceptar una oferta.
1. Conócete:
Si te ofrecen un puesto de mucha responsabilidad, pregúntate por qué te están eligiendo a ti. Todo líder debe saber no sólo sus fortalezas y debilidades sino cómo es percibido por otros.
Según estudios, las mujeres y las minorías subestiman su desempeño como líderes más que otros grupos, mientras que otros han demostrado que los líderes más efectivos y exitosos tienen una autopercepción más precisa. Es por eso que debes ser lo más objetiva posible al reflexionar sobre tus capacidades.
2. Prepárate:
Cada organización tiene una historia. Asegúrate de conocer todo acerca de tu empresa, de establecer una carrera firme y de mantenerte escéptica sobre los altos puestos, así como de estar consciente de cómo los distintos grupos de interés evalúan su desempeño. Al estar preparada podrás negociar y asegurarte de no cargar con toda la culpa si las cosas salen mal.
Fast Company pone como ejemplo el caso de Julia Pierson, la primera mujer en ser nombrada directora del Servicio Secreto estadounidense. Cuando ella tomó el puesto, en 2013, lo hizo con instrucciones de «limpiar» la agencia tras un escándalo de prostitución sucedido bajo el mando de su predecesor. La organización sufría, además de falta de personal y recursos. La situación era claramente perfecta para que se dé el fenómeno del acantilado de cristal y, efectivamente, tras poco más de un año en el puesto, Pierson renunció en medio de críticas.
3. Genera lealtad:
Las mujeres que son capaces de evitar el acantilado de cristal lo hacen porque se conectan con personas en todos los niveles de la compañía y los llevan de su lado. Es decir, se convierten en personas con influencia.
Alguien que pudo hacer esto es Irene Rosenfeld, quien en 2006 se convirtió en CEO de lo que entonces era Kraft y ahora es Mondelez. Su misión era girar el rumbo de la empresa, por lo que en su primer año hizo cambios en más de la mitad de los niveles más altos de administración, asegurándose de que estos líderes estuvieran bien alineados con su misión de transformar la organización. Para lograrlo, se conectó con todos los grupos de interés, incluyendo a inversionistas «difíciles.»