Hablar de la presencia del sexismo en el mercado laboral casi siempre es hablar de la falta de oportunidades que enfrentan las mujeres dentro de las organizaciones en comparación con sus colegas hombres; es enfrentarse a techos de cristal, temer a los acantilados y saber que si eres la única mujer en la lista de candidatos es muy probable que tu currículum quede descartado de inmediato. Sin embargo pocas veces se habla abiertamente de uno de los signos más evidentes de desigualdad: la brecha salarial.
Un estudio global realizado por Hays el año pasado reveló que sólo el 18% de los ejecutivos reconoce la existencia de la brecha salarial entre hombres y mujeres, misma que tan sólo en Estados Unidos asciende al 21% y puede llegar hasta el 40% entre la población latina y afroamericana.
Desafortunadamente esta percepción parece no ser exclusiva del género masculino, ya que a pesar de que las mujeres reciben sólo 79 centavos por cada dólar pagado a los hombres por realizar el mismo trabajo, un estudio realizado por la empresa Levo encontró que más de la mitad de las millennials considera que esta brecha no se aplica en ellas.
Sin embargo, el hecho de que miles de mujeres y hombres en diferentes industrias se nieguen a notar la existencia de la brecha salarial no sólo no contribuye a resolver el problema, sino permite que crezca. Algunas empresas han emprendido esfuerzos para combatirla transparentando los salarios de sus colaboradores y los criterios sobre los cuales se basan los tabuladores aunque por desgracia sus acciones parecen no ser suficientes.
La pregunta que Gap hace a las mujeres
Con todo esto en mente, Gap lanzó una inspiradora campaña para generar conciencia sobre la existencia de la brecha salarial de género y hacer un llamado a la acción para combatir este importante problema. La iniciativa #CloseThePayGap cuenta con su propio sitio web en el que además de informar a sus visitantes sobre las cifras que reflejan la desigualdad en Estados Unidos, la marca hace un importante planteamiento: ¿qué pasaría si la perdida económica generada por la desigualdad salarial se viera reflejada en la ropa de cada mujer?
A partir de esta idea, la marca que en 2014 se convirtiera en la primera empresa de Fortune 500 en anunciar el cierre de la brecha salarial de género, consiguió vincular su propio producto a la lucha contra la desigualdad mediante fotografías en las que algunas mujeres visten prendas incompletas con el objetivo de representar el porcentaje que hace falta en sus salarios.
Los colaboradores de la marca se han sumado a este esfuerzo a través de sus propias fotografías y los consumidores no se han quedado atrás. Mujeres y hombres han publicado sus propias versiones para manifestar su apoyo a una lucha de la que muy pronto Gap podría convertirse en un rostro importante, ya que si bien muchas marcas han decidido abanderar el empoderamiento de la mujer, muchas de ellas han decidido enfocarse en romper con los estereotipos y promover el empoderamiento.
"Anything less is unacceptable."
Our CFO's take on #EqualPay via @Glassdoor: https://t.co/0IJkvP1fGI #CloseThePayGap pic.twitter.com/hClCKViRPk— Gap Inc. (@GapInc) 14 de abril de 2016
What's missing? Our CFO shares her thoughts on #EqualPay: https://t.co/0IJkvP1fGI #CloseThePayGap v. @GDforEmployers pic.twitter.com/37velwSzzI
— Gap Inc. (@GapInc) 18 de abril de 2016
Se calcula que en promedio una mujer estadounidense perderá $431 mil dólares a lo largo de su vida laboral gracias a la brecha salarial; por lo que además de invitar a sus consumidores a sumarse al movimiento a través de sus imágenes, la marca también ha facilitado a las mujeres una calculadora para averiguar cuánto dinero podrían perder si estas diferencias no son eliminadas de inmediato, aunque calcula que con el ritmo de transformación actual este problema podría resolverse para el año 2059, al menos en Estados Unidos.
La idea es que las mujeres noten el alcance real de la desigualdad comparándolo con algunos objetivos realizables a través de esta cifra -como la compra de una casa o la educación de uno de sus hijos- y se den cuenta de que la lucha por la equidad de género todavía no ha terminado.