El 12 de febrero de 2005 Dorothy Stang caminaba con una amenaza de muerte más. Una noche antes había visitado a los que le darían muerte, para hablarles de su amor por preservar la tierra.
Si hablamos de héroes, pocos imaginen a una anciana de 74 años, estadounidense y nacionalizada brasileña, luchado por los derechos de los campesinos por poseer la tierra que trabajan.
Madera, minerales, suelo…el principal objeto de disputas. Dorothy había advertido a las autoridades de las amenazas recibidas. En 2002, declaró a la revista Outside que las compañías forestales trabajaban con una lógica de amenazas.
La impunidad denunciada por organismos como Amnistía Internacional han conseguido que este año el caso del asesinato de Stang se reabra. En los últimos 30 años, dice Gary Duffy corresponsal de la BBC, más de mil personas han sido asesinadas por disputas de tierras en Brasil.
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