En México, el 29 por ciento de los hogares son dirigidos por una mujer, es decir 9 millones 266 mil 211 hogares tienen jefatura femenina, de acuerdo con datos de la Encuesta Intercensal 2015 del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi). Sin embargo, y pese a que la escolaridad promedio es mayor en las mujeres, la brecha salarial y las condiciones desiguales en el trabajo continúan.
De acuerdo con Julia del Carmen Chávez Carapia, de la Escuela Nacional de Trabajo Social de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), las jefas de familia suman a sus jornadas laborales el tiempo dedicado a tareas domésticas que, en promedio, les requieren 42 horas por semana.
“Cada día, desempeñan una doble jornada de trabajo, al ser las proveedoras principales o únicas de los gastos de la casa, estar a cargo del mantenimiento y limpieza de la vivienda, y el cuidado de niños y adultos mayores, entre otras tareas.
Son marginadas socialmente. Están catalogadas de manera despectiva, al no ajustarse al estereotipo tradicional de que una mujer, para realizarse, debe casarse y sólo dedicarse a sus hijos, esposo y casa”, dijo la académica en un comunicado.
Chávez Carapia explicó que el aumento en el porcentaje de jefaturas femeninas (4 por ciento entre 2010 y 2015), se debe en parte al crecimiento de los divorcios en el país. Dijo además que en el sector formal, la mayoría se inserta en plazas dedicadas a prestar distintos servicios. Aún con estudios profesionales, son contratadas en los puestos con menores ingresos, pese a que por ley deben ganar lo mismo que un hombre al desempeñar las mismas tareas.
“Ante la falta de oportunidades, se incorporan al sector informal, tanto al comercio ambulante como a la venta de alimentos. Para sostener a sus familias, colocan puestos de tamales, quesadillas, elotes y otros productos, incluso en la entrada de sus casas, o se dedican a las ventas por catálogo de mercancías”, dijo.
La experta especificó que, en todos los hogares, las trabajadoras dedican la totalidad de sus ingresos a los gastos de la familia y sólo en casos extremos los utiliza en cuestiones personales.
En su Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE), con cifras del cuarto trimestre de 2014, el mismo Instituto informó que de las 52.2 millones de personas que forman la fuerza laboral activa en México, 19.7 millones son mujeres. Y un dato importante es que, la escolaridad promedio es de 9.6 años cursados (algo más que educación secundaria), en donde la media de las mujeres alcanza los 10 años y supera la masculina.
No obstante, diversos estudios han hecho notar la brecha que todavía existe en cuestión salarial entre hombres y mujeres, y las estrategias que las empresas usan para no “salir perdiendo” si la empleada se embaraza.
El Informe 2016 sobre Desigualdad Salarial presentado por el Observatorio de Salarios de la Universidad Iberoamericana en Puebla informó que las mujeres ganan 16 por ciento menos que los hombres pese a que desempeñan el mismo trabajo que ellos, pues el salario promedio mensual general es de 7 mil 365 pesos en todas las actividades económicas, no obstante, las mujeres ganan en promedio 6 mil 187 pesos debido a la brecha salarial de género que persiste en el país.
“En edad fértil, la mujer puede ausentarse por ley de 60 a 90 días, entonces el empresario se blinda por los días que va faltar esa trabajadora. Esto lo hacen las empresas aunque la mujer no tenga hijos, por el hecho de contratar a una mujer, la empresa ya se cubre ante ese riesgo de ausentismo”, dijo Miguel Santiago Reyes, director del Observatorio en entrevista con el diario Zona Franca.
En el mismo tema, la Organización de las Naciones Unidas reveló en su Informe de Desarrollo Humano 2015 que en general, las mujeres de América Latina y el Caribe constantemente quedan excluidas de cargos directivos y conforme la población envejezca, asumirán más horas de trabajo no remunerado.
Ahí observaron que en cuanto a trabajo no remunerado, que en mayor parte se realiza dentro del hogar, el número de mujeres dedicadas a éste son el triple de los hombres, pues las mujeres realizan tres de cada cuatro horas de trabajo no pagado, en cambio, a los hombres les corresponden dos de cada tres horas de trabajo remunerado.
Fuente: sinembargo