De 2010 a 2014, México pasó de registrar en promedio 30,535 delitos por cada 100 mil habitantes, a presentar 41,655 casos; encontrándose entre los más frecuentes robo, asalto, robo hormiga y extorsión. Además, desde hace aproximadamente 10 años, vivimos una crisis de secuestros, trata de personas y otras graves situaciones que amenazan no solo la paz y estabilidad social, sino el desarrollo económico del país.
¿Cuál es el motivo de esta inseguridad?, ¿de quién es la responsabilidad de erradicar la violencia en la sociedad? Muchas personas creen que es un tema de las autoridades y del gobierno, de fortalecer la seguridad y la ley… ¿pero, lo es? A continuación te compartimos algunas cifras.
De acuerdo con el INEGI, en México, el 88.1% de los delitos que ocurren en las unidades económicas del estado no se denuncian. Un 44% de las empresas reconoció haber pagado algún soborno durante los últimos 3 años. La piratería causa la pérdida de 480 millones de empleos al año a nivel mundial. ¿Aún crees que solo es responsabilidad del gobierno?
La realidad es que todos tenemos que asumir cierto compromiso para lograr una cultura de paz y legalidad. Tanto gobierno como empresas, academia y sociedad civil formamos parte de un tejido social que es necesario fortalecer y librar de corrupción.
Según el Institute for Economics and Peace, hay una correlación entre la corrupción y los niveles de violencia en un país. México ha caído 31 lugares en los últimos 6 años en temas de corrupción y 56 respecto a condiciones de paz.
Empresas que promueven la paz
Las empresas juegan un papel muy importante en la construcción de ciudadanía. Con un plan estratégico de cultura de paz al interior de una compañía, se puede permear de principios de legalidad a todos los colaboradores, quienes los trasladarán a sus hogares, extendiendo los valores a sus familias.
La legalidad se puede integrar a la empresa de distintas maneras:
- Una cultura de legalidad y de no corrupción debe de estar en todos los niveles de la compañía, iniciando por la alta dirección.
- Buscar destinar recursos para la empresa en temas de prevención en lugar de temas de seguridad.
- Fortalecer alianzas público privadas para la prevención y denuncia de los delitos.
- Abrir un canal de denuncia y promoverlo al interior de la empresa.
- Implementar manuales de ética y difundirlos.
- Hacer parte de la estrategia de responsabilidad social los diez principios de Pacto Mundial.
- Respetar los derechos humanos, tanto al interior de la empresa como en la cadena de valor.
- Adaptar a la empresa alguno de los 7 principios indicados en el manual de Pacto Mundial, Lineamientos sobre responsabilidad empresarial en áreas de alto riesgo y afectadas por conflictos.
- Consultar y aprender de alguno de los 17 casos de éxito de empresas en materia de paz, publicados en Casos ejemplares de Prevención del Delito y Reinserción Social.
Este último punto es muy importante, ya que cuando tenemos un caso de éxito, compartir el modelo permite a otras empresas aprender y tomar acciones que favorezcan la operación de la compañía, la reputación de la misma y beneficien a la comunidad.
Casos de éxito
Toks
Toks, en alianza de Fundación Reintegra, creó un taller de serigrafía enfocado a jóvenes en situación de riesgo o conflicto con la ley, para que tengan un ingreso digno y de esta forma contribuir a su reinserción social exitosa por medio de un oficio legítimo y acorde a sus intereses.
Este proyecto tiene un sistema de evaluación riguroso y de seguimiento puntual para garantizar la exitosa reintegración social de los jóvenes en conflicto con la ley, ofreciendo al mismo tiempo seguridad a la comunidad. Hasta ahora han egresado de este taller 250 jóvenes, de los cuales 19 son microempresarios.
Además, Toks fue una de las dos empresas que en México se comprometieron recientemente con la iniciativa de la ONU Business for Peace, una plataforma mundial que busca expandir y profundizar las acciones del sector privado en apoyo a la paz, tanto en los lugares de trabajo, como en mercados comerciales, y comunidades locales.
“Tenemos la responsabilidad. Si no construimos entre todos una sociedad mejor no podremos salir adelante. Echarle la culpa a las autoridades, y nosotros no hacer nada, no construye. Las sociedades más avanzadas y más seguras, son sociedades donde todos participan.” Afirmó Gustavo Pérez Berlanga, director de Responsabilidad Social de Toks.
Instituto Politécnico Nacional
El violentómetro y semáforo de la violencia es otro ejemplo de una herramienta gráfica desarrollada por el Instituto Politécnico Nacional que permite visualizar las distintas manifestaciones de violencia que se encuentran ocultas en la vida cotidiana.
El semáforo se divide en tres escalas o niveles de distintos colores y cada uno de ellos indica una situación de alerta. Sus resultados se pueden aplicar en ámbitos de pareja, familiares y laborales. Incluso algunas empresas, como Toks, lo están haciendo parte de su estrategia para detectar al interior de la organización cuáles son las áreas de oportunidad y posteriormente tomar acciones para modificar estas conductas y construir ciudadanía.
Concluyendo
“Es posible construir redes de colaboración para contar con opciones de desarrollo alejadas de la delincuencia, lo que resulta en beneficio para todos.” Aseguró Teresa Venger, directora de Cultura de Legalidad en México Unido contra la Delincuencia y miembro del comité ejecutivo del colectivo Prevención y Reinserción en Acción.
Para lograr esta cultura de paz y legalidad tan anhelada es necesaria la participación de todos. Dejar el trabajo en manos de las autoridades, esperando que se resuelvan los problemas se ha demostrado que no es una opción. La respuesta está en la cooperación, la concientización y el interés por parte de los distintos actores que formamos parte de esta sociedad.