Si preguntaras a cualquiera de tus compañeros la razón por la que trabaja tan duro día con día, posiblemente te diría que su esfuerzo responde al deseo de encontrar el éxito profesional y la felicidad; sin embargo, de acuerdo con Emma Seppala, directora del Centro de Ciencias de la Universidad Stanford, trabajar más horas no necesariamente te dará mayor felicidad o éxito; de hecho, diversos estudios en neurociencia y psicología sugieren que la clave ser feliz en primer lugar para luego hallar el éxito.
En su libro La pista de la felicidad, Seppala asegura que se trata de un estado emocional positivo que tiene un profundo efecto en nuestra vida profesional, incrementa nuestra inteligencia emocional e impulsa nuestra productividad, además de permitirnos influenciar positivamente a nuestros compañeros y colegas; de ahí que cada vez más compañías se preocupen por mantener este estado entre sus colaboradores.
Por su parte, la doctora Emiliana Simon-Thomas, neurocientífica y directora de el Centro de Ciencias de la Universidad de Berkeley, asegura que a medida que una persona incrementa su felicidad, su cerebro funciona mejor y realiza el trabajo de una forma más eficiente, por lo que la satisfacción laboral puede traer múltiples beneficios tanto a los trabajadores como a las diferentes organizaciones.
«Cuando los trabajadores están más felices, están más sanos y logran más», afirma la experta en entrevista con Entrepreneur. Agregó que las personas que tienden a disfrutar sus relaciones en el trabajo y otros lugares trabajan mejor en equipo, son más apreciados por sus compañeros de trabajo y generan una especie de defensa contra el desgaste y el estrés. ¿Quieres saber cómo lo logran?
1. Conoce a tus compañeros y deja que te conozcan
Aunque hay quienes aseguran que lo mejor es dejar los asuntos personales totalmente fuera de la oficina y evitar discutirlos con tus compañeros de trabajo, lo cierto es que cerrar por completo las puertas de tu vida personal y desconocer la de aquellos que te rodean dificulta la creación de vínculos de comprensión y confianza que favorecen la colaboración.
Desde luego, no se trata de convertir tu escritorio en un diván o discutir cada uno de tus problemas personales en horario laboral; pero sí de saber cuáles de tus compañeros tienen un niño que cuidar en casa, qué actividades consumen la mayor parte de su tiempo dentro y fuera del trabajo y quién está atravesando por un mal momento. Esto te permitirá tener mayor empatía con quienes te rodean y promoverá un ambiente de confianza y apoyo mutuo.
2. Deja ya de competir
Aunque ser competitivo se ha visto como una cualidad invaluable durante varios años, la capacidad de trabajar en equipo es mucho más importante para conseguir la felicidad en el trabajo, ya que te permite llegar a mejores resultados sin sufrir síndrome de burnout en el proceso.
Evita ver a todos tus compañeros como rivales a vencer y en lugar de ello ayúdense mutuamente; esto ayudará a crear una cultura de felicidad, cooperación e intercambio abierto. Naturalmente las personas trabajan mucho mejor y consiguen resultados más satisfactorios cuando dedican su tiempo a avanzar en lugar de pelear unos con otros.
3. Reconoce el trabajo de otros
A todos nos gusta que reconozcan cuando hacemos algo productivo o agradable para los demás y trabajar con personas que estés felices seguramente te ayudará a sentirte mucho más tranquilo. Aprende a agradecer el trabajo de tus compañeros y las aportaciones que hacen para tu desarrollo profesional manifestando abiertamente aquello que consideras destacable.
Si bien esta labor podría parecer exclusiva de los líderes corporativos, el reconocimiento entre compañeros promueve un ambiente de empatía y complicidad que facilita la colaboración y el desarrollo de nuevas habilidades y contribuye a romper con el paradigma de rivalidad que suele generarse dentro de un equipo de trabajo.
4. Haz siempre una pausa
Sin importar cuánta felicidad seamos capaces de acumular en nuestro día a día, todos nos hemos encontrado alguna vez con eventos desagradables en el trabajo o en otros aspectos de nuestra vida y cuando esto sucede nuestro pensamiento se acelera conduciendo a una sensación de estrés y ansiedad que afectan nuestra productividad y la capacidad de una respuesta asertiva.
Por esta razón es muy importante evitar gritar instintivamente y tomar unos minutos para enfocarte en tu respiración, de lo contrario corres el riesgo de no generar un ambiente tenso durante un periodo prolongado de tiempo sin resolver el conflicto y afectando tu propia productividad y la del resto del equipo.