Hace varios días, mientras Ashley Miller esperaba en la fila del supermercado, vivió una experiencia que la hizo reflexionar sobre el estigma que muchas mujeres han asignado a los hombres en cuanto se refiere a la crianza, por lo que decidió compartirla a través del portal Huffington Post, a fin de contribuir a romper con este paradigma. Conoce su historia.
Hace poco platiqué con una agradable mujer en la fila del supermercado, (ya que si lo más interesante de tu viernes es caminar entre los pasillos de la comida congelada, puedes hablar con quién sea). Ella sonreía mientras me veía cargando una gran bolsa de pañales.
—¿Niños?— Me preguntó ella.
—Sí, un niño pequeño.
—¿Y quién lo está cuidando en estos momentos?
—Um… Él está en casa, con su papá.
Ella sonrió mientras me guiñaba el ojo.
—Me gustaría ver cómo luce eso— dijo. Pero no terminó ahí; en modo sarcástico agregó: «Espero que todo esté bajo control cuando llegues a casa.»
Resistí con todas mis fuerzas no golpearla con una calabaza. En su lugar, respire profundo, sonreí alegremente apretando los dientes y dije: «Necesitamos dejar de tachar a los papás como unos ineptos para la paternidad.»
Todo el tiempo escuchamos comentarios de este tipo. Como el día que fuimos al parque y nuestro hijo estaba todo mal vestido con zapatos que no combinaban y la playera manchada de comida. «Parece que papá te vistió hoy», fue un comentario bien intencionado. Noticia de última hora: yo lo vestí y lo hice terrible, cuando su padre lo viste parece sacado de un catálogo.
¿Hoy le toca ser la ñiñera?»
No, él no es su ñiñera, es su papá. Él está afuera curando su rodilla, poniéndole bloqueador en su nariz y haciendo bromas. O está sentando en el baño mientras mira al pequeño a través de una rendija de la puerta. También hace grandes estaciones de trenes y pistas de carrera.
Más tarde seguramente quitará el trozo de queso que se embarró en el suelo, va a colgar las pequeñas camisas en el área de tendido, limpiará los cojines de la sala y quitará los desechos del baño. También notó una erupción de color rojo detrás de las orejas y buscará que no sea un virus come carne y estará preocupado todo el tiempo por él.
Qué alegría se siente en el corazón.
Por sexta vez le va a leer el mismo cuento de Petter Rabbit y estará sentado a la orilla de la cama pronunciando las palabras que sabemos ayudarán a que nuestro hijo no sé aleje: “papá está aquí”. Luego pondrá en orden los juguetes para sentarse en el sillón, tratará de tomarse una cerveza y subirá dos minutos más tarde, cuando nuestro hijo comience a llorar. Lo hará una y otra vez hasta que pueda dejar de hacerlo.
Se va asegurar de revisar las cerraduras de las puertas y de que todo esté en silencio para susurrar un último «Buenas noches», con la certeza de que probablemente sólo podrá dormir cuatro horas. Aún así lo verá antes de salir y pensará sobre lo hermoso que es. Yo no estoy haciendo lo mismo todos los días.
Claro, no todos los papás en el mundo son responsables. Créeme, lo sé, igualmente hay un montón de mujeres que tampoco lo son; pero los buenos papás deben comenzar a formar parte de nuestro lenguaje cuando hablamos de paternidad.
En las revistas, películas y en las redes solo vemos rostros de madres felices con sus hijos y, según la publicidad, así es como luce la maternidad.
Escucha cómo nos expresamos sobre la paternidad y mira toda la presión que ejercemos sobre las madres, que si nacimos para criar, que si nuestros instintos son mejores, que siempre sabemos qué hacer. Incluso la mamila que lavamos a diario nos dice que es lo que «Mamá prefiere”.
¿Qué hay acerca de los padres?
Es fácil ver el por qué a menudo los llaman “Papás niñeras” y rara vez los mencionan en nuestras clases prenatales. Los tachan como torpes para la crianza y personas incapaces de tomar una buena decisión.
Es fácil ver por qué en Instagram hay un popular hashtag llamado #dumbstuffdadsdo, pero nada sobre las madres. Es porque nunca hacemos cosas tontas, ¿verdad?
Es fácil ver por qué las personas ven a los hombres que cargan niños como si fueran la especie más rara del mundo.
Es fácil ver por qué jamás hemos oído el término «padres trabajadores».
Y es fácil ver por qué Facebook comenzó una tendencia viral invitando a las mujeres a compartir cinco razones por las que están felices de ser madres. Nada para los padres impresionantes; de cualquier forma, es muy probable que estén sentados en casa viendo el fútbol.
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