Gracias a las aplicaciones que cualquiera puede tener en su teléfono y la facilidad de estar conectado a internet, ahora ya se ha vuelto parte del paisaje cotidiano el encontrarse a la gente caminando con sus audífonos puestos.
Si bien es positivo en términos económicos que prácticamente cualquiera pueda tener a su alcance facilidades tecnológicas que hace al menos tres lustros eran algo solamente para la imaginación, de alguna forma tal vez ha venido provocando un aislamiento, es decir, puede haber dos o más personas juntas físicamente pero al mismo tiempo aisladas. En otras palabras, no se genera una sociabilidad entre ellas.
En contra de lo antes dicho alguien puede argumentar que la sociabilidad sí se está dando porque cada una de las personas está conversando con alguien, lo cual es cierto, pero es claro que no existe una relación entre las personas que están en un mismo espacio físico.
La inmensa cantidad de aplicaciones que ahora existen en el mercado permiten ya la posibilidad de poner en contacto a un sinnúmero de personas sin importar su ubicación física, algo totalmente nuevo en historia de la humanidad, y todo esto a un costo prácticamente mínimo. Es evidente entonces como alguien ya lo ha dicho, que estamos en la era de las redes sociales, por tener esta posibilidad de interrelación con una o más personas al mismo tiempo sin importar su ubicación y distancia.
Sin embargo, mi inquietud como antes lo dije, es si realmente estas facilidades nos convierten en personas más sociales, o por el contrario provoca un cierto aislamiento. Si a través de estas redes convivimos solamente con las mismas personas con las que estamos físicamente, o si las aprovechamos para conocer a más gente.
¿Estas redes permiten una mayor y mejor convivencia? ¿Estas nuevas tecnologías han provocado una mayor integración social, o solamente trasladamos las mismas formas de convivencia de siempre a estas nuevas aplicaciones?
Algunos investigadores en el pasado han dicho que los avances tecnológicos no van a la par del desarrollo social, estando dicho desarrollo rezagado en relación a la tecnología; y que esta última de alguna manera presiona a los avances sociales.
Es evidente que no tengo la respuesta, pero creo que es necesario dimensionar estos impresionantes avances en las llamadas Tecnologías de la Información, y considerar si han servido o ayudado para ser más humanas y sociales a las personas.
Qué bueno el poder comunicarnos más y tener la posibilidad de tener más información pero: ¿nos comunicamos mejor realmente?, ¿cuánta y qué tipo de información fluye por toda la electrónica involucrada?
Es posible considerar que mientras los seres humanos no desarrollemos una verdadera relación social, una sincera compasión teniendo a la ética como punto de partida, los avances tecnológicos serán solamente eso, avances prodigiosos pero que no ayudan a desarrollar una responsabilidad y por lo tanto un valor social.
Seguiremos platicando …
Antonio Rey Tamayo Neyra
Dedicado al periodismo de investigación desde 1987 especializado en temas socioeconómicos. Desde 1991 colabora en el periódico El Financiero como Coordinador Editorial y Redactor de Proyectos Especiales, además de colaborar en otros medios. Desde el 2002 involucrado en la Responsabilidad Social, escribiendo y realizando proyectos editoriales de este tema, y además documentando las actividades de las empresas (tipo caso) También es profesor de posgrado e imparte capacitación en relacionales laborales. Licenciado en Administración por el Instituto Tecnológico Autónomo de México; su preparación profesional posterior incluye un Diplomado en Responsabilidad Social en el Tecnológico de Monterrey, y un Curso del mismo tema en la Universidad Abierta de Cataluña. Actualmente estudia la Maestría en Sociedad de la Información y el Conocimiento en la Universidad Abierta de Cataluña.