Contar con mujeres en los consejos de administración envía un mensaje de que la empresa reconoce el talento femenino. Los mejores consejos están compuestos por una mezcla de personas con diferentes habilidades, experiencias y conocimientos, lo que influirá positivamente en la independencia y en las opiniones de sus miembros.
Según Corporate Women Directors International, en 2004, el porcentaje de mujeres en consejos era de 10.4. Diez años más tarde, subió a 17.3. Si se analiza la masa crítica de mujeres (tres o más en cada consejo) como un factor relevante, en 2004, 18.5 de las empresas (37 sobre 200) había alcanzado ese parámetro. Una década después, el porcentaje llegó a 38, esto es, 76 sobre 200 compañías.
En Latinoamérica, las mujeres en consejos representan en promedio 5.2. Los países con mayor porcentaje son Colombia y México, con 6 y 5.8, respectivamente.
El porcentaje de mujeres en la fuerza laboral llega en promedio a 50 en los países occidentales (en Latinoamérica es de 52) y su nivel de educación puede haber superado el de los varones. Sin embargo, tenemos un alto porcentaje de juntas directivas sin mujeres o en las que apenas uno de los miembros no es varón.
Las respuestas a ello se hallan en las responsabilidades familiares, los roles sociales atribuidos, la falta de experiencia en dirección, además de una cultura empresarial con paradigmas rígidos y contradictorios: obstáculos enraizados y difíciles de cambiar.
Para estudiar la incorporación de mujeres a los consejos de administración, tres escuelas de negocios latinoamericanas (IPADE, IAE e INALDE) se unieron para desarrollar el libro El lado femenino del poder (Patricia Debeljuh, Sandra Idrovo y María del Carmen Bernal), un recorrido de los impulsores y las barreras que enfrentan las mujeres, así como los cambios de las empresas para promoverlas a los puestos de poder.
Esta investigación permite entender, con la ayuda de líderes consejeros entrevistados, las encrucijadas en las que se mueven las mujeres en un ámbito empresarial tradicionalmente dominado por los varones.
Mariví Esteve de Murga, presidenta de la Asociación Mexicana de Asesores Independientes de Inversiones, explica que es posible aportar, desde la femineidad, un valor diferencial a las organizaciones, rompiendo techos de cristal y venciendo estereotipos pasados, lo que contribuye a crear una nueva cultura que respete las diferencias y les saque provecho.
Para ello, es necesario un esfuerzo en el que mujeres y hombres colaboren para que ambos formen parte del consejo, mismo que requiere el compromiso, trayectoria profesional, experiencia directiva y técnica, así como una formación integral de su equipo de consejeros para proteger y compartir el bien de la organización. Este reto presupone desde la empresa, la persona y la sociedad, apertura de la gente para ser incluyente y favorezca el talento y la diversidad de las personas que ocupan sus consejos de dirección.
Fuente: Revista Expansión
Edición: (Mayo 2016)
Página: 46