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Lo bueno y lo malo de trabajar demasiado

cerebro ejercicio

Todos los días llegas a tu oficina y enlistas en tu mente los pendientes que deberás cubrir durante el día, posiblemente debas entregar un reporte, tendrás una junta antes de la hora de la comida, y si tienes suerte tu reunión no se extenderá demasiado; aunque ya has aprendido a no confiar demasiado en ello y sabes que lo más probable es que no tengas tiempo de salir a comer tu ensalada favorita, así que has llenado tu cajón con bastantes galletas de avena para un mes y una que otra golosina que seguramente te ayudará a resistir el hambre hasta que puedas abandonar la oficina para ir a casa.

La verdad, es que te sientes afortunado si ese día el trabajo no te persigue hasta que debas ir a la cama, pero aún así te has sentido suficientemente valiente para comenzar a aprender un nuevo idioma y has aprendido a ingeniártelas para que la carga no te impida pasar tiempo de calidad con tu familia. A veces quisieras clonarte y no estás seguro de cómo es que haces tantas cosas, pero la verdad es que has desarrollado habilidades que te permiten cubrirlo todo y aunque con frecuencia resulta agotador, adoras tu vida ocupada.

Tenemos buenas y malas noticias, lo bueno es que esa vida extremadamente ocupada posiblemente te ayude a prevenir problemas neurológicos, así que seguramente tu cerebro estará saltando de alegría ahora; lo malo es que el resto de tu cuerpo debe comenzar a preocuparse ya que este nivel de estrés literalmente podría matarte. ¿Estás seguro que quieres todos los detalles?

El lado positivo

Sara Frestini y Denise Park, investigadores de la Universidad de Texas hicieron pruebas en más de 300 adultos entre 50 y 89 años de edad y las repitieron cuatro años después; lo que encontraron fue que las personas más ocupadas obtuvieron mejores resultados en materia de cognición, es decir velocidad de procesamiento, memoria episódica a largo plazo, razonamiento y conocimiento cristalizado.

Además, la diferencia entre las personas más ocupadas y las de un estilo de vida más relajado incrementó con la edad, por lo que al parecer entre más tiempo pases con este ritmo de vida, mejores serán tus habilidades cognitivas.

El nivel de ocupación se mide con base en elementos como la frecuencia con la que los participantes consideran que tienen demasiadas tareas durante el día, van a la cama más tarde de su horario regular o no tienen tiempo para comer en un horario establecido.

En un artículo publicado por Fast Company, Vivian Giang asegura que los resultados son una buena noticia para todos a medida que envejecemos, pues mantenerse ocupado puede protegerte de enfermedades como la demencia y el Alzheimer. ¿Se te ocurre una mejor razón para mantener tu mente activa, disfrutar de la lectura y desarrollar nuevas habilidades? Tal vez con esta información hasta te de por descubrir talentos ocultos.

El lado negativo

Festini y su equipo no están muy seguros de lo que todo esto significa para el resto del cuerpo, pues si bien realizaron pruebas de ajetreo físico, su estudio no se encargó de analizar la relación entre éste y sus efectos sobre la cognición y el cuerpo humano.

Por fortuna existen otros estudios que analizan dicha relación y aunque pocas personas dirían que mantenerse activo es algo malo, el estrés crónico sí podría relacionarse íntimamente con daños en la salud.

Si trabajas en una oficina es probable que ya estés al tanto de que mantenerte sentado durante mucho tiempo puede ser terrible para tu cuerpo, sobre todo si no te encuentran en una postura adecuada, ya que esto puede producirte fuertes dolores de cabeza y espalda e incluso reducir tu esperanza de vida.

Esto sin contar el hecho de que al alimentarte con comida rápida frecuentemente pones a tu cuerpo en riesgo de contraer enfermedades gastrointestinales, e incluso incrementas tu posibilidad de padecer problemas cardiovasculares, por lo que lo mejor es mantener un equilibrio adecuado entre tu actividad mental y el cuidado de tu salud.

Hacer ejercicio con regularidad, respetar tus horarios de comida sueño y preocuparte constantemente por mantener tu mente activa es parte de llevar una vida equilibrada, aunque aceptémoslo: casi siempre tenemos la balanza inclinada hacía un solo lado. ¿Qué tan equilibrado estás tú?

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