En medio de una era de interacción y de plataformas de comunicación que facilitan a las empresas interactuar con sus consumidores, dotar a las marcas de un rostro y una voz que les permita humanizarse y generar vínculos a un nivel más profundo con sus grupos de interés es fundamental para lograr que despierten su interés y trasciendan en su memoria.
Sin embargo las empresas responsables saben que un vocero adecuado es sólo la punta del icerberg, pues para crear negocios verdaderamente humanos, deben convertirse en ciudadanos corporativos comprometidos con el bienestar de su entorno mejorando sus impactos a nivel social y ambiental, preocupándose por el desarrollo de sus comunidades y el crecimiento del talento que forma parte de su organización.
Según explicó Tim Leberecht, autor de The Business Romantic, al auditorio de WOBI on Lidership México 2016, hacer negocios humanos significa poner énfasis en tres elementos fundamentales: lo que hacemos, lo que sentimos y cuánto sentimos.
Hacer el bien
Significa retribuir a las comunidades en las que la empresa opera mejorando su impacto social y ambiental para contribuir activamente con su desarrollo e impulsando su crecimiento económico. Es la razón de ser de toda empresa responsable y es un concepto íntimamente ligado al propósito.
Sentirse bien
Se refiere a la forma en que la empresa vive internamente, cuánto se preocupa por el bienestar de sus colaboradores y cómo promueve el equilibrio entre sus actividades laborales y su vida personal. Las empresas responsables saben que un buen clima organizacional es fundamental para que el personal alcance su máximo potencial, se vuelva mucho más proactivo y contribuya a impulsar el crecimiento de la compañía convirtiéndose en embajador clave de la marca.
Sentir más
Los modelos de negocio más primitivos veían a los trabajadores como herramientas de producción que debían ser capaces de cubrir determinada cantidad de labores en un periodo de tiempo determinado; los empleados dejaban de ser personas para convertirse en números o máquinas para realizar una tarea específica, por lo que su bienestar y sus ambiciones personales carecían completamente de importancia para la organización. Sentir más es lo que ha permitido a las empresas romper con estos modelos.
Las máquinas, explica Leberecht, carecen de la ética, la integridad moral y la intuición de los seres humanos, pero más importante aún, carecen de imaginación, esperanza y corazón, lo que las hace incapaces de sentir pasión y compasión. He ahí en valor de las emociones humanas en los negocios, un valor que hemos subestimado con demasiada frecuencia y que las empresas necesitan recuperar de inmediato.
5 claves para humanizar a tu organización
«Cualquier organización con grandes ambiciones debe ser construida en torno a un alma humanista», escribió el autor para Fast Company en 2012, y reveló que una compañía llega a tener esta clase de espíritu únicamente cuando ha identificado su propósito y refleja cinco cualidades fundamentales:
1. Empatía
Se trata de la capacidad que posee una persona, o en este caso una organización para ponerse en los zapatos de otros comprendiendo sus emociones, deseos y ambiciones.
Muchas empresas se han aferrado a la idea de averiguar las necesidades y las inquietudes de sus colaboradores a través de métodos estadísticos cuantificando sus opiniones; pero las compañías realmente empáticas han perfeccionado su intuición y se han acercado tanto a estos grupos de interés que han dejado de necesitar de las encuestas para sobrevivir.
2. Cableado para la cultura
Se basa en el principio de las comunidades de ayuda mutua, que desarrollan una afinidad conceptual a través de compartir costumbres y valores clave que favorecen la colaboración.
En las empresas se trata de promover un ambiente de respeto y confianza que favorezca el trabajo en equipo y la creación de vínculos afectivos que permitan a los colaboradores sentirse parte de una comunidad. De ahí la importancia de comunicar adecuadamente los valores y el propósito de la compañía a los grupos de interés y mantenerlos involucrados con el compromiso que esta mantiene con su comunidad.
3. Moral
«Las empresas morales no hacen las cosas bien, hacen lo que es correcto», escribió Leberecht en esa ocasión y aseguró que la integridad es la única posición sostenible en los negocios de hoy, donde las preguntas sobre el «cuánto», importan mucho menos que las del «cómo», para generar vínculos de confianza.
4. Creatividad
En un artículo de Harvard Business Review, Bill Taylor escribió que las personas no desean innovar, lo que quieren es soñar, empatizar, divertirse, hacer lo correcto y seguir creando; las empresas necesitan comenzar a aprovechar eso para crear relaciones colaborativas que les permitan no sólo dar respuesta a las necesidades de un consumidor cada vez más exigente y reinventarse constantemente, sino también ganar la confianza de sus stakeholders.
5. Aspiración
«El requisito previo a la aspiración es la imaginación, y su producto inmediato es la esperanza», escribió Leberecht y destacó que estas dos son cualidades son clave en el alma de una empresa humana.
Las empresas que aspiran están constantemente transformándose y para lograrlo deben tratar a sus colaboradores como intraemprendedores sociales y líderes inspirados por el propósito de la organización.
Excelente artículo, definitivamente los negocios están evolucionando a un entorno más humanos. Las nuevas generaciones son mucho más exigentes y por lo tanto lo que hoy conocemos no es suficiente.