Uno de los 95 compromisos del Pacto por México en este sexenio fue “garantizar que ningún mexicano padezca hambre”. Sin embargo, la esperanza de un cambio con fecha límite en 2018, está por los suelos. Quizás apoyarnos entre nosotros, parece ser la única alternativa para mejorar las carencias en nuestra sociedad.
Regalar comida a la gente con estómago vacío es una buena forma de ayudar.Café Pendiente y#TacoPendiente son ejemplo exitoso de que un pequeño acto de solidaridad, crea enormes cambios en las personas marginadas.
Café Pendiente nació de la costumbre napolitana del Caffè Sospeso: si uno de los ciudadanos de Nápoles se sentía excepcionalmente alegre pagaba no sólo un café, sino dos; uno para él y otro para el cliente que venía después.
La forma de hacerlo es sencilla: los clientes eligen la cantidad de cafés o platillos que quieren regalar y los pagan, de manera que una persona carente de recursos los pueda consumir. Los negocios, por su parte, se encargan de mantener un estricto conteo de cuántos alimentos están “pendientes” y cuántos se han entregado. El balance debe estar a la vista, de preferencia en una pizarra exterior. Cualquier persona en necesidad puede llegar al establecimiento a pedir su café y/o platillo, y ser atendido como un cliente regular.
Este acto de solidaridad servido en una taza de café se multiplicó rápidamente por todo el mundo, mejorando los días de las personas con estómago vacío. En diciembre de 2013 Fabiola Kun la trajo a México. Adaptó el manual operativo de Argentina y lo mexicanizó. Su logo es una taza de café bajo un corazón blanco sobre un fondo de color rosa mexicano.
Los primeros en unirse fueron Ricardo y Verónica Villalba, propietarios de una acogedora cafetería que solía llamarse Pineapple Condesa —clausurada arbitrariamente por el Instituto de Verificación Administrativa del Distrito Federal (Invea) un año después de su apertura—, y llegaron a servir más de 600 comidas pendientes antes de que la cerraran.
“Había muchos vendedores de artesanías rondando por la colonia Condesa”, me cuenta Verónica. “Con frecuencia los invitábamos a pasar, aunque en ocasiones teníamos que hacer excepciones porque podía resultar visualmente violento para algunos clientes que se asustaban por el aspecto higiénico”.
La iniciativa de Café Pendiente no pretende eliminar la hambruna ni la pobreza de la ciudad, pero sí mejorar la vida diaria de muchas personas. “No se trata de cambiarles la vida, pero sí el día”, dice Fabiola Kun, promotora en México de este proyecto.
Ahora ya son más de 700 asociados a Café Pendiente en todo el país. “El café es un símbolo porque así empezó en Italia”, dice Kun, “pero se pueden dejar pendientes todos los alimentos que estén disponibles en el menú”.
Saber a quién darle o no alimento sería elegir a los candidatos y se rompería con el propósito de solidaridad y empatía, así como puede ser una persona sin hogar, puede ser una persona bien vestida que acaba de perder su trabajo o un músico callejero. “Si es un acto voluntario, no hay reglas”, dice Verónica”. Es un voto de confianza tanto de los clientes que nos dejan su dinero como al que lo pide”.
#TacoPendiente es una iniciativa reciente que, inspirada en Café Pendiente, promueve un acto humanitario sin falsos sentimentalismos.
Punto Taco Mx es el pionero en apoyar efusivamente #TacoPendiente. Abrió hace 2 meses en la colonia Roma, en la Ciudad de México,y durante el primer mes repartió 63 tacos, 21 pagados por los comensales y el resto por ellos.
El lugar ofrece tacos de guisado con doble tortilla y acompañamientos diversos: arroz, frijoles, nopales, papas, queso o guacamole. La comida es conveniente, ideal para quien trabaja por la zona y quiere comer rico, rápido, saludable y sin vaciar la cartera; pero también es perfecta para la iniciativa, pues un taco es fácil de comer, llenador y nutritivo. Además, como decimos en México: “A nadie se le niega un taco”.