«Yo soy una mujer Botero y como yo hay muchas y siempre las ha habido. La belleza está en todos sitios, no sólo en la delgadez», cuenta a 20minutos la pionera Alejandra Yáñez en nuestro país en lo que ha quedado bautizado como chicas o modelos o fenómeno curvy y que al fin parece que se instala dentro de donde siempre debió estar y de hecho estuvo durante siglos: la normalidad.
Ver a bellezas como Tara Lynn, Marisa Jara o Ashley Graham (una de las más sobresalientes y defensoras de que lo curvy no se trate como algo aparte), cuyas tallas superan y mucho las esclavas 34 y 36, desfilar en pasarelas antes vetadas para ellas y siendo rostro y cuerpo de firmas de todo tipo, lencería incluida, es la prueba del triunfo.
El triunfo –por mucho camino que quede aún por recorrer– de la belleza. No han conseguido todo lo que sería deseable, pero ya se han conquistado lugares imposibles y espacios icónicos como el Calendario Pirelli o portadas como las de Sport’s Illustrated, además de un significativo elevado número de seguidores en redes.
La última firma por el momento en sumarse a las tallas XXL ha sido Nike que ha lanzado una línea para mujeres curvy. Era una evidencia que deporte hace quien quiere y no sólo las ‘flacas’ lo practican.
En la campaña de la marca deportiva se pueden ver imágenes de mujeres XXL con sujetadores, pantalones ajustados y todo tipo de ropa deportiva para chicas grandes. Es cierto que llama la atención, pero es porque la retina aún necesita tiempo para borrar toda la delgadez que ha protagonizado las últimas décadas. A Marisa Jara no se le perdona que adelgace ni medio gramo.
Y Nike llega detrás de casi todas las firmas low cost, que tienen desde hace tiempo su propia línea XXL. Intereses de negocio aparte, el caso es que todo esto ayuda a que en la calle se vaya abandonando ese imposible canon de extrema delgadez y perversa asociación con el éxito.
«En España se ha tardado mucho más que en EE UU o Inglaterra, donde se aceptó antes otro modelo de belleza», cuenta Yáñez que montó la primera agencia de modelos curvy, llamada Chicas XXL. Otra de las últimas muestras del afortunado éxito de lo curvy es la iniciativa de la marca de lencería Lonely, que ha escogido como modelos de sus campañas a mujeres con diferentes formas y cuerpos, y todos ellos se alejan del supuesto canon 90-60-90.
Medidas que tuvo la modelo Marisa Jara (o muy cercanas) cuando entraba en esa supuesta elite de modelos que siguen casi como clones el canon. Un cuerpo que le costaba la salud y que hoy es pura y bonita curva. A tal punto ha llegado la admiración por su valentía al seguir desfilando, ahora como XL, que no se le perdona que adelgace ni medio gramo.
«Se reían de mí cuando quise montar una agencia de modelos XL» Pionera en el mundo de la moda XL, Alejandra Yáñez no sólo fue una de las primeras modelos con curvas española sino que ha sido le primera en montar una agencia de modelos curvy, Chicas XL. Los comienzos, cuenta, fueron «para pagarse la carrera».
¿Era su vocación ser modelo pese a no tener las medidas que marcaba el canon? Empecé para pagarme la carrera de periodismo. Íbamos muchas chicas de clase a hacer casting y de repente me empezaron a llamar. A mí, que era la más gordita de todas. Y así empezó todo.
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Ojalá se llegue a eso, a que las mujeres desfilen por su belleza al margen de tallas y alturas. Un todo al que ha dedicado su vida y su fuerza… Pues sí, porque he dedicado mi vida a defender que la belleza está en todas partes y que las mujeres con curvas también pueden serlo. ¿Cómo recuerda los inicios de la agencia? Fueron duros, se reían de mí cuando decía que iba a montar una agencia de modelos de chicas curvy. Pero yo seguí y me encontré con que había mercado y demanda. En España es más difícil, pero lo hay.
Y donde tengo bastante éxito es en los showroom del sector de lujo. Porque de eso no se habla mucho, pero en el lujo hay mucha demanda de tallas grandes. Y las marcas de lujo lo saben, por eso aunque no en ropa, sí sacan complementos XXL. ¿Tuvo alguna mala experiencia cuando trabajaba como modelo curvy? En televisión a veces te sentías menos al ver a las otras chicas altas y delgadas. Pero yo siempre he dicho: a mí no me faltes al respeto, yo soy XL o curvy. ¿El sueño sería que desfilara todo tipo de cuerpo en las pasarelas? Sí, pero eso es difícil. Ojalá se llegue a eso, a que las mujeres desfilen por su belleza al margen de tallas y alturas.
Fuente: 20 minutos
