Todos alguna vez hemos escuchado a un niño desear en voz alta aquello que los adultos no nos atrevemos a expresar; quizá pueda atribuirse a su inocencia o a que, a diferencia de los adultos, todavía no han aprendido a poner barreras imaginarias o burocráticas entre ellos mismos y sus deseos, así que simplemente se permiten soñar.
He ahí que llegada Navidad, día de reyes y otras mágicas celebraciones, distintos personajes mitológicos miren sus buzones repletos de notas con millones de ilusiones escritas con tinta de colores. ¿Cuántos adultos se atreverían a ello?, y ¿cuántos niños conoces que integrarían al presidente de la nación más poderosa del mundo en la lista de destinatarios?
Nunca he entendido por qué algunas personas son suficientemente afortunadas para nacer con las oportunidades que yo tuve de tener esta vida, y por qué al otro lado del mundo hay una mujer igual a mi, con las mismas habilidades y deseos, la misma ética en su trabajo y amor por su familia, que posiblemente haría mejores películas y escribiría mejores discursos, pero está en un campo de refugiados y no tiene voz. – Angelina Jolie, 2013
Alex tiene seis años, vive en Scarsdale, Nueva York, tiene una hermana pequeña y lleva una vida tranquila que le permite ir a la escuela y divertirse por las tardes tras llegar a salvo a casa. Hace algunas semanas este pequeño se hizo a sí mismo la misma pregunta que Angelina Jolie planteo a un sorprendido auditorio tras recibir un Oscar Honorífico en 2013: ¿por qué otros no son tan afortunados?
La conmovedora interrogante llegó a su mente cuando la imagen de Omran Daqneesh llegó a los medios de comunicación de todo el mundo y se viralizó en las redes sociales. Un niño de solo cinco años, conmocionado por el miedo mientras intentaba limpiar el polvo y sangre que cubrían su cara tras sobrevivir a otro día de violencia en Alepo, Siria.
Así que mientras millones de usuarios conmovidos por la fotografía la compartían en redes sociales, Alex decidió tomar el problema en sus manos, tomó pluma y papel y decidido, redactó una carta dirigida al presidente Barak Obama.
Querido presidente Obama,
¿Recuerda al niño al que recogió una ambulancia en Siria? ¿Puede, por favor, encontrarlo y traerlo a nuestra casa?
Así que como respuesta, la Casa Blanca ha invitado a Alex a leer su carta para un video en el que su voz se mezcla con la imagen del presidente compartiendo sus palabras con líderes de todo el mundo durante la Primera Cumbre de Naciones Unidas dedicada a los refugiados.
Hasta ahora el video se ha compartido casi medio millón de veces solo desde la página oficial del presidente en Facebook, donde ya cuenta además con alrededor de 25 millones de reproducciones.
Así, las palabras de Alex quizá no le hayan conseguido la adopción de un nuevo hermano o el privilegio de rescatar a Omran de los horrores de la guerra en Siria, pero se convirtieron en la voz de los miles de niños que se encuentran en los países en conflicto y de miles más que, al igual que él, desean la paz en el mundo. Después de todo, como diría Isadora Duncan: «En la medida que el sufrimiento de los niños está permitido, no existe el amor verdadero en este mundo».