La urbanización, la tala ilegal y los incendios forestales provocan que en el Estado de México cada año se pierdan 2 mil 800 hectáreas de áreas verdes, lo que ocasiona que, en temporada de lluvias, se dejen de filtrar a los mantos acuíferos unos 84 millones de litros de agua al día.
Estudios de la Protectora de Bosque (Probosque) advierten que cada árbol maduro canaliza al subsuelo 50 litros diarios de agua, y en promedio cada hectárea tiene 600 de ellos.
«La pérdida de masa forestal es un problema que se une al calentamiento global, pues con menos bosques, llueve menos y hay menos humedad.
«La pérdida de bosques afecta a los ciclos de lluvia que cada vez son menos exactos», explicó Jorge Rescala, director de la dependencia.
De las 894 mil hectáreas boscosas que actualmente tiene la entidad, 225 mil están perturbadas y en riesgo de perderse. «El principal problema es el cambio de uso de suelo a agrícola y de ahí a urbano; la menor parte se pierde por incendios y por la tala ilegal. El cambio de uso de suelo alcanza hasta el 80 por ciento de esa pérdida», dijo.
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