La insistencia testaruda del neoliberalismo en destruir las conquistas sociales es absolutamente improcedente y hay que plantarla cara con todos los medios disponibles.
A través de una nota informativa de la CSI hemos recordado la existencia de una publicación del Banco Mundial que, con el título “Hacer Negocios”, califica las distintas economías de los Estados mundiales indicando en cuáles de ellos es más atractivo invertir.
El problema es que para esta publicación avalada por el Banco Mundial, la protección de los derechos de los trabajadores y la existencia de un sistema de protección social son elementos negativos que desaconsejan la inversión.
De esta manera, “hacer negocios” equivale a condicoones salvajes de explotación y desprotección social. Ni siquiera con la crisis económica de hace un año esta publicación ha cambiado su forma de ver las cosas.
Al contrario, como nos recuerda la CSI, “premia” a aquellos países que han introducido reformas de la legislación laboral que debilitan o impiden derechos de los trabajadores o que imponen obligaciones contributivas a los empresarios en orden a la financiación de un sistema de Seguridad social.
La equiparación entre creación de riqueza y degradación de las condiciones de vida y de trabajo es un “concepto – guía” del neoliberalismo que se resiste a desaparecer incluso cuando el sistema está fallando estrepitosamente.
Dice el comunicado de la Confederación Sindical Internacional:
La última edición de la publicación de mayor difusión del Banco Mundial desaconseja a los países adoptar planes de protección social, calificando de anti-negocios a los gobiernos que lo hagan.
Doing Business 2010, publicado en septiembre por el Banco Mundial, recomienda asimismo que los países reduzcan las indemnizaciones por despido de trabajadores y que reduzcan o eliminen la necesidad de previo aviso sobre recortes de empleo.
En abril de 2009 el Banco anunció que los indicadores de flexibilidad del mercado laboral de Doing Business, que fomentan la reducción de la protección de los trabajadores, “no representan la política del Banco Mundial y no deberán utilizarse como base de asesoramiento sobre políticas ni en los documentos de programa de ningún país”, y que el indicador será eliminado del marco de condicionalidad del Banco (la denominada Evaluación Institucional y de Políticas del País o CPIA, por sus siglas en inglés).
El Banco también declaró que “Doing Business 2010 incluirá un comentario explicando estos pasos”, pero la nueva edición publicada hoy ignora esta promesa publicada en abril en el sitio web del Banco: http://www.doingbusiness.org/documents/EWI_revisions.pdf
“Si el Presidente del Banco Mundial cree sinceramente que los países deberían mejorar la protección social a fin de mitigar el impacto de la recesión global, tal y como ha dicho en numerosas ocasiones, entonces ya es hora de que la publicación de mayor difusión del Banco deje de promover la eliminación de la protección social y de los trabajadores”, dijo Guy Ryder, Secretario General de la Confederación Sindical Internacional.
La CSI llamó la atención respecto al hecho de que Doing Business 2010 sitúe a Camboya en la categoría de países que están “dificultando el hacer negocios” porque haya introducido cotizaciones a la Seguridad Social. En cambio, Doing Business elogia y coloca en mejor posición a Georgia por haber abolido su impuesto social.
Doing Business 2010 critica el gobierno democrático de Honduras – cuyo presidente Zelaya fue expulsado tras un Golpe de Estado en junio – porque, en respuesta a la crisis económica, incrementó la indemnización por despido y los requisitos de previo aviso (Honduras carece de seguro de desempleo). Igualmente, Doing Business baja de categoría a Portugal por haber incrementado el período de preaviso de despido en dos semanas.
Por otro lado, el régimen autoritario de Belarús , que perdió su estatus comercial preferente con la Unión Europea por haber violado los Convenios fundamentales de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), ha sacado buena nota para Doing Business 2010 al hacer más fácil la eliminación de puestos de trabajo.
Ruanda ha ganado este año el premio al “mayor reformador” porque “[con relación a recortes de empleo] ya no es necesario que la patronal consulte de antemano a los representantes de los trabajadores ni que notifique a la Inspección de Trabajo”.
La publicación del Banco elogia también a Macedonia por deshacerse de las medidas para someter a procesos de formación y recualificación a trabajadores despedidos por reducción de plantilla; y a Mauricio por eliminar la indemnización obligatoria por despido.
Como se puede comprobar esta publicación del Banco Mundial realiza un elogio de la explotación y de la desprotección social como condición para invertir en un país determinado.
Con ello además hace explícito un razonamiento según el cual el crecimiento económico es incompatible con la preservación y mantenimiento de derechos sociales democráticos.
Esta desfachatez no puede permitirse en un mundo como el actual en el que a las desigualdades insostenibles caudadas por el globalismo financiero, se ha unido la destrucción del mecanismo económico especulativo que era el eje del mismo.
No es asumible que instituciones centrales en la regulación de la globalización financiera como el Banco Mundial, mantengan a través de una publicación autorizada que expresa su opinión, orientaciones contrarias a la garantía de derechos democráticos y sociales.
La creación de riqueza no puede hacerse a partir de la miseria y explotación de los trabajadores del mundo, tomando partido por el autoritarismo social y la displicencia ante las condiciones democráticas de un país, que le lleva a ensalzar a regímenes autoritarios o a justificar indirectamente golpes de estado como el de Honduras.