Por Kenya Giovanini
El invierno está a la vuelta de la esquina y viene acompañado de la época navideña, regalos y calor de hogar. Probablemente durante esta temporada verás a toda tu familia, compartirán anécdotas y una rica taza de ponche caliente, pero mientras tu disfrutas de esta convivencia y tienes un techo donde protegerte, existen millones de personas que no tienen un lugar donde dormir y resguardarse del frío.
En una sociedad donde miles de emprendedores de alto impacto como Mark Zuckerberg, le dan vida a sus proyectos a través de sus empresas y buscan volverse una inspiración para su entorno, existen otros que deciden crear un cambio, estableciendo un modelo de negocio, que les genere ingresos suficientes para hacer frente a problemas globales como la pobreza, la discriminación e incluso para combatir las bajas temperaturas.
Un ejemplo de ello es Veronila Scott, quien después de trabajar largo tiempo en centros comunitarios, se percató que las personas necesitaban más apoyo y que muchos, más que recibir un objeto material, querían una oportunidad para trabajar.
Fue entonces que decidió abrir The Empowerment Plan (ETP), una organización que comenzó dándole a los más vulnerables abrigos para resistir el frío y hoy en día capacita y da empleo a las personas ubicadas en los albergues. Scott y su equipo también han empleado a mujeres que se dedican a confeccionar los abrigos que se reparten en los sectores más pobres.
Estos abrigos no sólo ayudan a mantener el calor, también se transforman en bolsas para dormir, lo que les permite a las personas cubrirse del frío y dejar de utilizar cartones, bolsas y otros materiales para pasar la noche.
En alguna ocasión una persona me dijo: «nunca vas a conseguir que una persona sin hogar prepare un emparedado de mantequilla de maní con jalea, mucho menos un abrigo». Y para mí, eso fue lo más impactante porque eso es absolutamente falso, ya que esta gente tiene toda la capacidad de rehacer su vida, sólo que la sociedad no les brinda la oportunidad y sólo los hace a un lado, comentó Scott.
La empresa ha brindado protección y ha empoderado a este porcentaje de la población que suele ser rechazada, sobre todo a las mujeres en situación de calle. Con la ayuda de The Coalition On Temporary Shelter (COTS) seleccionan a las personas más capacitadas y a las que tienen la iniciativa de reintegrarse a la sociedad, sin importar que los candidatos tengan hijos, ya que ambas organizaciones les brindan el apoyo necesario para que puedan trabajar y mejorar su calidad de vida.
Hasta ahora ETP ha conseguido distribuir alrededor de 15 mil abrigos en Estados Unidos y Canadá; su labor es posible gracias en gran medida a las donaciones de diversas empresas y fundaciones con valores afines; sin embargo se espera que pronto pueda funcionar como un modelo de negocio a través de la venta de algunas piezas.
Un esquema que puede resultar de gran ayuda para este emprendimiento es el modelo Uno por uno, popularizado por la marca Toms y adoptado posteriormente por otras compañías alrededor del mundo. En él, los consumidores pueden donar un producto a quien más lo necesita al hacer su compra. Aún falta camino para llegar ahí, pero esta emprendedora social ha dado ya el primer paso, y la capacitación que ofrece a su personal resultará verdaderamente valiosa en el camino.
Esta emprendedora social no sólo encontró la manera de ayudar a las personas más vulnerables, también creo una empresa que hace frente a dos de los problemas globales: la pobreza y la falta de empleo. Scott es una inspiración para que grandes cadenas corporativas integren este tipo de programas a sus prácticas de responsabilidad social.
