Jorge el Curioso tendrá que mudarse de su casa en Estados Unidos para que puedan construir ¿una escalera? No, no es broma. Según el periódico The Guardian, Equity One, una sociedad de inversión inmobiliaria, compró el edificio en el que se encuentra la tienda y ha decidido desalojar al simpático monito para instalar una escalera y un elevador.
¿Por qué esto es relevante? Jorge el Curioso no solo es una caricatura, es un ícono de la literatura infantil que ha contribuido a la educación temprana de los niños. El manuscrito de su historia llegó entre las posesiones que Hans y Margret Rey pudieron llevar mientras huían de la ocupación nazi en París; su primera aparición editorial fue en 1939 bajo el título Cecily G. y los nueve monos, pero en 1941 se presentó oficialmente como Jorge el Curioso. El relato de cómo Jorge llegó “a la gran ciudad” desde África se hizo muy popular y seis cuentos más se publicaron hasta 1966. Otros libros de este personaje han salido a la venta, ha protagonizado su propia serie de televisión y un par de películas animadas, e incluso tiene un videojuego de aventuras.
En Cambridge, Massachussetts, sobre Harvard Square, se encuentra esta «tienda en peligro de extinción” donde venden libros, juguetes didácticos, CDs, DVDs, ropa y otra mercancía exclusiva del célebre changuito. Los dueños de la Única Tienda de Jorge el Curioso en el Mundo, Adam y Jamie Hirsch, afirmaron que reciben a más de 100 mil visitantes cada año y que en el aniversario número 75 del personaje, cerca de mil personas se presentaron a la celebración. Tal como lo muestran estas cifras, miles de niños y adultos son asiduos clientes del establecimiento y han contado cómo se iniciaron en la lectura allí, sin embargo, puede que ya no haya anécdotas como esa gracias a los planes de Equity One.
Cerrar la tienda de Jorge el Curioso no es solo acabar con el ingreso económico de una familia, es dañar un legado educativo que ha influenciado a varias generaciones desde 1941. También es evidencia de una herencia intercultural e histórica, puesto que los autores de los libros eran de origen alemán, emigraron a París y terminaron estableciéndose en Cambridge, Massachussetts durante la Segunda Guerra Mundial, muy cerca de la misma ubicación donde se encuentra la tienda actualmente. “Hace sonreír a la gente de todas las edades. Es un lugar donde puedes escapar por 20 minutos. Está ligado a la literatura, la educación y el aprendizaje. Las personas quieren aferrarse a eso”, comentó Adam Hirsch para The Guardian.
Vanessa Tavares, una pequeña de ocho años, es una de las que exigen que la tienda no se cierre. De hecho, pudo colocar una carta en la vitrina del establecimiento que dice: “Queridos oficiales de Cambridge. Por favor, mantengan la tienda de Jorge el Curioso abierta. Esto es importante para mi mamá, mi papá y para mí. Mamá me compró mi primer libro allí”.
Desde que se conocieron las intenciones de Equity One, los Hirsch y todo el equipo de Jorge el Curioso se enfocaron en evitar que se aprobaran los cambios al edificio. Aunque en septiembre lograron retrasar los planes de reconstrucción de la inversionista inmobiliaria, según reportó The Harvard Crimson, ahora enfrentan el hecho de que su mudanza es inevitable y lanzaron una petición en change.org para explicarle a la gente la importancia de conservar la única tienda y librería dedicada los niños en Harvard Square. Hasta ahora, la petición lleva más de 5 mil firmas y su objetivo es conseguir 7,500.
Constantemente estamos señalando el hecho de que una enseñanza de calidad es fundamental para construir una sociedad más consciente y responsable. Los mismos Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de la ONU colocan a la educación como una parte esencial para alcanzar un futuro sustentable que beneficie a todo el mundo. Se han diseñado programas educativos y campañas de lectura orientados, más que nada, a niños porque ellos son clave para educar también a los adultos. Ahora, uno de los pocos establecimientos que se esfuerza por continuar esta labor está siendo desalojado para reemplazarlo por una infraestructura de centro comercial, como indican The Harvard Crimson y CBS Boston. ¿Se necesita otra plaza para pasar la tarde de compras o un espacio que fomente la lectura y literatura infantil?
