El piloto del avión de la aerolínea Lamia que transportaba a la plantilla del club brasileño Chapecoense y que se estrelló en Colombia, tenía la opción de cargar combustible en Bogotá en caso de sufrir un desabasto, afirmó este miércoles el director general de la empresa, Gustavo Vargas.
Vargas señaló en una entrevista con el canal boliviano Unitel que el piloto de la nave, Miguel Quiroga, también era uno de los propietarios de la aerolínea, contaba con puntos para recargar combustible establecidos en el plan de vuelo.
Indicó que inicialmente estaba previsto que la aeronave recargue combustible en la ciudad boliviana de Cobija, fronteriza con Brasil, pero que ese plan quedó descartado por falta de tiempo.
“Tenemos alternativas, una alternativa cercana era Bogotá y si él (el piloto) veía que tenía una deficiencia de combustible, él tenía toda la potestad de entrar a reabastecer”, dijo el ejecutivo.
“Lastimosamente no pudimos reabastecer en Cobija, que era el punto inicial, porque al no haber logrado el vuelo desde Brasil, tuvimos que contratar otro chárter y se nos hizo tarde, Cobija no trabaja en la noche”, agregó.
La Línea Aérea Mérida Internacional de Aviación (Lamia) fue fundada en 2009 y se había especializado en transportar a equipos de futbol. Tomó su nombre de su antigua ubicación, en el estado venezolano de Mérida, Venezuela, pero desde julio de 2015 cambio sus operaciones en Bolivia.
Lamia operaba con tres aviones, tipo Avro Regional Jet 85, el que se accidentó contaba con más de 15 años de funcionamiento y se dejó de fabricar en 2003, debido a que ese tipo de aeronaves presentaba problemas de sobrecalentamiento en su componente electrónico.
Vargas sostuvo que el piloto “toma la decisión de no entrar (a Bogotá) porque pensó que le alcanzaba el combustible. Se trata de un piloto de mucha experiencia que hizo su entrenamiento en Suiza”, de acuerdo con otras declaraciones publicadas este miércoles por el Diario Siete de Bolivia.
“Tenemos que investigar por qué tomó la determinación de irse en forma directa a Medellín”, remarcó Vargas, según el medio.
La empresa aguarda los resultados de la investigación de Aeronáutica Civil de Colombia (Aerocivil) y ha buscado desligarse de sus responsabilidades. En anteriores declaraciones, Gustavo Vargas indicó ante medios de comunicación que la nave no presentaba ningún desperfecto, ya que “había pasado todos los controles” y contaba “con el visto bueno” de las autoridades bolivianas.
Por lo pronto, el sitio oficial de la compañía lamiacorp.com y su antigua dirección lamia.com.ve se encuentran inhabilitadas y sólo su director general ha dado declaraciones tras el siniestro.
El fundador de la empresa se desmarca
El iniciador de la empresa y dueño del avión que se estrelló en Medellín, Ricardo Albacete, indicó que sólo es el propietario de la aeronave y que la empresa es íntegramente manejada en Bolivia y no tiene nada que ver con su pasado en Venezuela.
“No somos accionistas ni empleados de LaMia Bolivia, sino de LaMia Venezuela; dejamos el mismo nombre para no perder la pintura del avión; nosotros somos los que les arrendamos a ellos los aviones, pero el avión es operado por la empresa boliviana”, afirmó el empresario al portal español El Confidencial.
Albacete, que ahora vive en España, estuvo involucrado hace unos meses en el escándalo de corrupción en el que se involucró la cúpula del partido comunista chino. El empresario asistió en la compra de un astillero en Galicia a Sam Pa, ahora arrestado en China.
Los datos del accidente<7h3>
El accidente aéreo, ocurrido en Colombia, mató a 71 personas, entre las que figuraban futbolistas del equipo brasileño de futbol Chapecoense, y dejó heridas a otras seis.
La plantilla del Chapecoense arribó la noche del lunes a la ciudad de Santa Cruz en una aeronave de la estatal Bolivia de Aviación (BOA) para luego embarcarse en la nave de Lamia, dedicada a hacer vuelos chárter para clubes y selecciones de fútbol.
El Chapecoense viajaba hacia Medellín, Colombia, para disputar la final de la Copa Sudamericana ante el Atlético Nacional colombiano.
El avión se declaró en emergencia en la noche del lunes por fallos eléctricos cuando se aproximaba al aeropuerto de Medellín.
La Cancillería de Colombia informó hoy que coordina las acciones necesarias para acompañar el proceso de repatriación de las 71 víctimas mortales que dejó el accidente aéreo.
La aerolínea boliviana anunció que dispondrá de un vuelo para trasladar a los familiares de los bolivianos fallecidos y heridos, si bien no ha dado una fecha para concretar el viaje.
Fuente: Merca20