El mundo y en especial México se encuentra a la expectativa sobre lo que puede o no suceder cuando el próximo presidente de Estados Unidos, Donald Trump, tome posesión de su cargo el próximo 20 de enero.
Desde las elecciones, el candidato electo ha compartido su posición respecto a nuestro país y sus futuros planes pero antes de asumir la presidencia, Trump ha comenzado a amenazar diversas compañías para que cancelen cualquier inversión relacionada con México y en esta ocasión eligió al sector automotriz.
Todo inició cuando Trump le dijo a General Motors que fabricara su modelo Chevrolet Cruze en Estados Unidos y que de no hacerlo, pagarían más impuestos. La marca GM le respondió que en Estados Unidos no tienen el porcentaje de venta que en México por lo que no dejarían de fabricarlo aquí.
Ese mismo día también señaló a la compañía Ford, lamentablemente esta empresa accedió a retirar los planes de inversión en San Luis Potosí y al conocer su decisión, Donald Trump compartió lo siguiente:
Thank you to Ford for scrapping a new plant in Mexico and creating 700 new jobs in the U.S. This is just the beginning – much more to follow
— Donald J. Trump (@realDonaldTrump) 4 de enero de 2017
«Gracias, Ford, por descartar una nueva planta en México y crear 700 empleos nuevos en los Estados Unidos. Es sólo el comienzo, mucho más seguirá»
Esta respuesta no favoreció nada a la marca y terminó por arruinar su reputación.
#BoicotFORDMx Que tal comprar autos de otras marcas y no de #FORD @FORD (así les damos la espalda como ellos a nosotros) ¿no creen?
— Alex Salum (@AlexSalum) 3 de enero de 2017
Por ahí dicen que siempre es mejor conocer ambas versiones de la historia antes de formular una crítica y en este caso los consumidores no tuvieron el interés de conocer el motivo por el que Ford tomó esa decisión.
La principal razón de la marca no fue la amenaza de Donald Trump, sino sus planes a largo plazo. Ford quiere liderar el mercado de automóviles eléctricos y para lograrlo necesita personal que tenga conocimiento en informática y tengan más preparación educativa y que al parecer sólo encontrará en Estados Unidos y no en México.
La empresa compartió que incluso la inversión que se hará en Michigan es menor en comparación a la que se haría en San Luis Potosí.
Durante su campaña, el próximo presidente etiquetó a la fábrica mexicana como “un escándalo absoluto”, sin comentar que el director de Ford Motor Company comentó que Estados Unidos tenía una baja demanda de automóviles pequeños cómo los que se elaborarían en San Luis Potosí. El director también comentó que hubiera tomado al misma decisión incluso si Trump no hubiera ganado.
Vemos un ambiente más positivo para la manufactura en los Estados Unidos bajo el presidente electo Trump y las políticas a favor del crecimiento y las propuestas de las que habla. Por eso esto es un voto de confianza, Mark Fields.
Así que después de conocer el otro lado de la moneda, ¿qué opinas?, ¿crees que fue una decisión responsable?
