De acuerdo con Peter Drucker, es deber del administrador moderno convertirse en un activista político, un líder integrador en una sociedad pluralista capaz de dirigir la gestión de la empresa en la turbulencia de nuestros tiempos.
Y esta demanda al administrador, se debe a que el éxito financiero de la empresa ha dejado de ser la única medida para evaluar su funcionamiento.
Ahora se espera que las empresas también tengan un buen desempeño en indicadores no financieros como son los relacionados con los ámbitos social y ambiental.
La Responsabilidad Social Corporativa (RSC) es un compromiso estratégico, voluntariamente asumido por la empresa, que condiciona su conducta y su cultura, e incorpora en su visión de negocios el respeto por los valores éticos, las personas, las comunidades y el medio ambiente.
EL ECONOMISTA Opinion : – – P16
