Desde hace años, el planeta entero está inmerso en la búsqueda de alternativas al petróleo, propuestas innovadoras que nos permitan reducir nuestra dependencia de los combustibles fósiles y reducir nuestras emisiones contaminantes a la atmósfera. Y si estás pensando que el hidrógeno o las aguas residuales son la receta, olvida esa premisa: una empresa japonesa – Jeplan- está trabajando para convertir la ropa usada en combustible.
La idea de esta “startup” es muy simple pero, a la vez, extremadamente compleja: extraer la fibra de algodón de la ropa usada para que genere etanol. En concreto, una tonelada de ropa puede generar hasta 700 litros de etanol, sin destrozar el medio ambiente que nos rodea. Y la ropa es un recurso muy extendido (todos vestimos ropa) pero, al mismo tiempo, muy desaprovechado respecto al reciclaje: apenas el 10 por ciento de las prendas de vestir se recicla actualmente a escala mundial.
Ahora el reto pasa por extender esta técnica al poliéster, el material usado en el 60 por ciento de la ropa, mediante varios ciclos de destilación y vaporización. Un proceso por el que se genera menos de la mitad de dióxido de carbono respecto a la producción del material desde cero y con aproximadamente la misma pureza. Todo ello se hará en una planta industrial que se está construyendo actualmente en la isla de Kyushu, con capacidad de procesar hasta 2 mil toneladas de ropa al año, según indican en Bloomberg.
Y para obtener su particular materia prima, JePlan ha instalado cajas de recogida de prensa en 2 mil 100 localizaciones en todo Japón, incluyendo centros comerciales o tiendas de conveniencia. Asimismo, la compañía está actualmente en conversaciones con marcas deportivas y equipos de fútbol de todo el mundo para esta misión.
JePlan se fundó en 2007 con la colaboración de la Universidad de Osaka, comenzando su actividad operativa en 2010 y recaudando desde entonces más de 13 millones de dólares de inversos de la talla de NTT Docomo o Jafco.
Fuente: SinEmbargo