El famoso muro del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, no solo afectaría a los inmigrantes y a un país: los animales que habitan en la zona fronteriza también serían afectados por esta medida. La construcción, que decretó el nuevo mandatario el pasado 25 de enero, también los pone en riesgo porque afectaría los ecosistemas en los que viven. Simplemente, los animales no tienen fronteras artificiales.
El analista en temas ambientales Iván Restrepo le explicó a Carmen Aristegui en CNN en Español que el muro tendría graves consecuencias para la libre circulación de las especies entre ambos países. “Acabaría primero con la unidad de los ecosistemas, a lo cual nos hemos comprometido en tratados internacionales”, apuntó el experto.
Pero, además de eso, los animales se volverían presa fácil de los cazadores furtivos, pues “los animales, al no poder cruzar hacia Estados Unidos o viceversa, van a buscar siempre donde convivir juntos”. Sin mencionar que estarían bajo condiciones climáticas inadecuadas y les carecerían alimentos porque “se van moviendo también de acuerdo a la época del año”, indicó Restrepo. En pocas palabras, esta frontera artificial “va a romper el equilibrio de los ecosistemas que han existido durante miles de años entre los dos países”.
No es la primera vez que se advierte sobre los efectos perjudiciales que tienen para la fauna los muros fronterizos o las barreras físicas construidos en los límites entre países. En el caso de Estados Unidos y México, un estudio de 2011 realizado por los investigadores Jesse Lasky, Walter Jetz y Timothy Keitt de la Universidad de Texas y publicado en la revista Diversity and Distributions ya había registrado la tragedia que esto representa para los animales. En específico, para 56 especies que en ese momento se vieron afectadas y cuyo número podría aumentar si se construyen más obstáculos en su hábitat.
“Nuevas barreras a lo largo de la frontera aumentarían el número de especies en riesgo, especialmente en las tres regiones identificadas (California, Archipiélago Madrense y la costa del Golfo), que deberían ser priorizadas para mitigar los impactos de las barreras actuales”, indicó la investigación en sus resultados.
En este sentido, el experto Restrepo recordó que “cuando se intentó en 2007 proseguir con la construcción del muro”, los primeros en protestar junto a los mexicanos fueron los científicos “de la frontera sur de Estados Unidos: de California, de Nuevo México, de Arizona, de Texas”, porque sabían la importancia ecológica que hay entre ambos países.
Por otro lado, una investigación de 2014 realizada por los científicos británicos Jamie McCallum , Marcus Rowcliffe e Innes Cuthill encontró que medidas como los muros o las barreras en las fronteras tienen más efecto en detener el paso de animales que el de los humanos. Los resultados del estudio revelaron que “las barreras disecan, filtran, eliminan o complican el movimiento y pueden influir en los pequeños mamíferos y en los grandes mamíferos por igual”. Lo que puede, continúa la publicación, ponerlos en una situación de vulnerabilidad “al aislamiento, a los eventos estocásticos y a la extinción”.
De tal manera que es hora, dicen algunos observadores, de empezar a ver las demás implicaciones que el muro tendría y sus consecuencias a largo plazo, que van más allá de un periodo presidencial de cuatro años u ocho años.
Fuente: CNN