La empresa Coca-Cola se ha metido en una polémica a causa de sus anuncios publicitarios colocados en columnas del segundo piso del Periférico.
“Horribles”, “de mal gusto” y “contaminación visual” son lo menos que se han llevado los refrescos gigantes que aparecen en los muros.
Entre quienes han manifestado su inconformidad con la publicidad se encuentra Martha Delgado, exsecretaría del Medio Ambiente de la Ciudad de México, quien hace un par de días tuiteó en su cuenta personal el malestar que le provoca la publicidad, “rebasada en otras partes del mundo”.
Ciudadanos, afectados por la enorme publicidad, también han manifestado su disgusto por lo que consideran una invasión innecesaria del paisaje urbano.
Hay que recordar que estos anuncios son parte del proyecto Vía Verde, el cual pretende colocar muros verdes en las 1,033 columnas del segundo piso del Periférico.
Bueno, en realidad busca nueve columnas verdes por una de publicidad, ya que de esta manera es como se financian los jardines verticales de las columnas.
En febrero pasado se inauguraron las primeras 50 columnas del proyecto, patrocinadas justamente por Coca-Cola; es por ello que a cinco de las columnas les corresponden anuncios.
El proyecto Vía Verde se hizo atractivo rápidamente luego de comenzar como una idea en la plataforma Change.org y tener como cocreador al actor Luis Gerardo Méndez (Club de Cuervos).
No obstante, a unas semanas de arrancar, lo virtuoso del proyecto se ha visto empañado por la publicidad de Coca-Cola, percibida como excesiva.
Aunque la empresa no ha dejado de contestar las críticas, utiliza un lamentable copy-paste para atenderlas todas.
Lo cual, evidentemente, no genera cambio alguno en la percepción de la ciudadanía.
Vía Verde busca sumar 40 mil metros cuadrados (m2) de jardines verticales a la Ciudad de México, donde los capitalinos padecemos un déficit de 3.7 m2 de áreas verdes por habitante.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda un mínimo de 9 m2 de áreas verdes por habitante en los núcleos urbanos, mientras que en la capital del país existen únicamente 5.3 m2 per capita.
Durante el evento de inauguración de las primeras 50 columnas, el director de Vía Verde explicaba que habían desarrollado un invento mexicano para convertir botellas de PET en la tela que sostiene las plantas alrededor de las columnas, sobre bastidores abatibles que permiten garantizar el buen estado de las columnas del Periférico.
Además, el riego de las plantas no requerirá una sola gota de agua potable, ya que durante ocho meses aprovechará el agua de lluvia y durante los restantes se abastecerá de agua tratada, decía Fernando Ortiz Monasterio.
Justamente esas cualidades sustentables que dan vida al proyecto Vía Verde son lo que, a opinión de la ciudadanía, resulta incongruente con la enorme publicidad de Coca-Cola.
“El paisaje urbano representa un factor de bienestar individual y social. Hace posible la vida en común de los ciudadanos y crea un sentido de identidad colectiva. (Mientras que) la publicidad exterior desordenada y la saturación publicitaria provocan contaminación visual, en detrimento de la calidad de vida de las personas”, refiere la Ley de Publicidad Exterior del Distrito Federal.
No está en duda que el objetivo virtuoso de Vía Verde debe continuar hasta convertirse en una realidad. Y es entendible que de algún lugar deben salir los recursos para financiar los jardines, por lo que las empresas que se sumen a la iniciativa tienen el derecho de aprovechar lo que les corresponde.
Le pregunta es, ¿necesitamos que sea con Coca-Colas gigantes? ¿Qué sigue? Hay que tener presente que el financiamiento de las 1,033 columnas del Periférico significa 103 muros publicitarios.
Ya lo decía Luis Gerardo Méndez en los primeros videos que se encuentran de Vía Verde: “¡Hay que ser creativos!”.
Así es, hay que ser creativos, por favor. Y que esta lección de Coca-Cola les sirva a las siguientes empresas que se sumen a Vía Verde para asumir esquemas publicitarios menos invasivos y más alineados a la Ciudad de México que todos queremos ver.