Probablemente lo que más extrañas de asistir a la escuela es despertarte muy temprano, prepararte para los exámenes y hacer tarea en lugar de jugar…
¡No mientas! Sabemos que la idea de tener que levantarse a las 6 o 7 de la mañana y lidiar con todos aquellos datos históricos, no siempre fue fácil ni lo más bello de las escuelas. Sin embargo, es en esas pequeñas aulas donde obtuvimos gran parte de nuestro conocimiento y desarrollamos nuestras habilidades.
A lo largo de nuestra etapa escolar, hemos tenido la fortuna de encontrarnos con grandes profesores que nos trasmitieron toda su sabiduría y de cierta forma, influyeron en nuestro crecimiento y forma de pensar.
¿Has hecho un recuento de cuantas maestras y profesores tuviste?, ¿con quién conviviste más? Si somos honestos, la mayoría han sido maestras, ¿la razón? Quizá el término “inequidad de género” tenga un poquito de ver…
¿Desigualdad en las escuelas?
Un estudio publicado en Research in Higher Education, señala que las profesoras tienen más carga de trabajo y pasan más tiempo en las escuelas que los profesores. De acuerdo con esta investigación las mujeres que se dedican a la educación tienen una jornada laboral mucho mas extensa y realizan más actividades escolares de forma interna y externa, además del desequilibrio personal, económico y profesional.
Los autores de dicha investigación señalan que uno de los principales motivos es la desigualdad de género que existe dentro del mundo escolar.
Un gran porcentaje de las profesoras deben extender su jornada laboral y cubrir el espacio que deja la ausencia de profesores en áreas como ciencias sociales o en materias relacionadas con el arte, sin mencionar las tareas administrativas que muchas deben realizar aparte de sus actividades.
A pesar de que muchas empresas han integrado políticas de trabajo que les permitan a sus colaboradores tener un mayor equilibrio, en el sector académico siguen existiendo estos huecos que no permiten mantener un balance.
¿Cómo solucionarlo?
El estudio arroja que para enfrentar esta situación, simplemente se necesita asignar los mismos horarios y tareas a los colaboradores académicos, además de contratar más personal masculino al equipo de trabajo.
Para aumentar la conciencia global no solo en las escuelas si no a nivel mundial, los responsables del estudio señalan que es necesario eliminar los prejuicios de género en las expectativas del servicio escolar y que tanto los hombres como las mujeres puedan aceptar o rechazar, cubrir aquellos horarios extras que no estén dentro del esquema laboral sin temor a ser despedidos.
Cassandra M. Guarino, profesora de educación y política pública en la Universidad de California, Riverside, agregó en una entrevista que muchas profesoras no están conscientes aún de las horas laborales extras que realizan, simplemente cumplen con las indicaciones otorgadas por sus directivos.
No obstante hasta que no haya una evidencia más sobre esta carga de trabajo, las maestras seguirán cumpliendo con el horario que muchos de sus compañeros no quieren cubrir.
Guarino también resaltó la responsabilidad que tienen las instituciones académicas para terminar con esta desigualdad y la necesidad de supervisar la asignación de horarios y tareas.
El docente Joya Misra, un profesor de sociología y política pública de la Universidad de Massachusetts en Amherst, en sus investigaciones ha encontrado diferencias dramáticas entre el trabajo de las profesoras y maestros, y que para solucionarlo, las mujeres deben comenzar a ser más cuidadosas con sus tiempos al igual que los hombres.
Lamentablemente y en estos tiempos, si una docente decide tomar las mismas decisiones que un profesor y realiza solo el horario establecido, puede poner en riesgo su estabilidad laboral.
Otra posible solución para terminar con la inequidad de género es integrar más hombres al equipo académico, ya que esto permitirá obtener un mejor balance tanto en los horarios, como en las actividades y programas que se designen en cada ciclo escolar.
Aunque el principal objetivo de este estudio es resaltar la desigualdad que existe en el mundo académico, aún falta demasiado por hacer, para lograr realmente un equilibrio.