Para 2020 la potencia instalada que tendrá España en energía renovable será un problema millonario por la sobrecapacidad del sistema de generación eléctrica.
España cuenta con varias fuentes de generación eléctrica de lo que demanda la sociedad, esta situación puede traer algún problema como cierre de centrales, subidas de impuestos o más recargos en la factura de luz.
Mariano Rajoy acaba de adjudicar 3.000 MW de energía renovable a los que se añadirán otros 3.000MW antes del verano; el compromiso de tener un 20% de la generación eléctrica procedente de fuentes verdes obliga al presidente a añadir esta potencia renovable al sistema. El problema es que España arrastra inversiones del pasado en todo tipo de tecnologías que ahora infrautiliza por no existir demanda suficiente.
Este país tiene autopistas eléctricas por las que casi nadie pasa. El sistema eléctrico, obliga a que tenga prioridad el uso de energías renovables antes que las demás, por el menor coste de generación. Lo que provoca es que vayan entrando más fuentes renovables a producir la curva de la oferta y demanda, que dejará menos lugar para el resto de las industrias.
La producción diaria con energías renovables supera la mayoría de días el 40% del total, según datos de REE.
El gobierno está obligado a tomar decisiones sobre el futuro del país. Los expertos apuntan directamente hacia las centrales térmicas de carbón. También, debe decidir qué medida se enfrenta a grandes empresas energéticas o al contribuyente para dejar pasado a la energía renovable.
La secretaria general de Sedigas, Marta Margarit, argumenta que dentro de la nueva ley que se tramita para el cambio climático, el gas cuenta con el apoyo del Ejecutivo. El secretario de Estado, Daniel Navia, destacó públicamente esa misma semana la presencia del gas como complemento energético en el compromiso para el cambio climático.