Indudablemente, uno de los libros que cambió el curso de la ciencia y nuestra historia fue El origen de las especies, escrito por Charles Darwin y publicado en 1859. Su teoría de la evolución y selección natural logró convertirse en la base central de la biología evolutiva y fue catalizador del famoso Debate de Oxford, que es visto como una parte importante en la secularización de la ciencia en Inglaterra.
Actualmente, los estudios de Darwin siguen teniendo una gran influencia en nuestras vidas y, por supuesto, en nuestra educación, pero ¿qué pensarías si te dijera que ya existe un tipo de evolución que no tiene nada que ver con la selección natural?
Strandbeest: la nueva especie sobre la Tierra
Desde el 13 de mayo, una nueva especie se encuentra en la Ciudad de México: las bestias de playa o Strandbeests.
Como te imaginarás, el hábitat de estas criaturas es cerca del mar; sin embargo, no se parecen a nada que hayas visto antes: soportan tormentas, no las derrumba el golpe de una ola, se alimentan de viento… ah, sí, y están hechas principalmente de tubos de plástico.
Animaris Umerus
“Mis primeras experiencias con la vida fueron en la playa y espero que mi vida también termine ahí”, son las palabras que ha repetido una y otra vez Theo Jansen, físico, escultor, artista y creador de las Strandbeests, cuando habla acerca de qué lo inspiró para engendrar a esta nueva especie, una historia que se remonta a 1990.
Ese año, la fascinación por la teoría de la evolución que tenía Jansen y la noticia de que el cambio climático amenazaba con inundar las playas holandesas lo impactaron fuertemente. Desde ese momento, resolvió dedicarse a la creación de una nueva y resiliente forma de vida.
Es así que nació la exposición “Theo Jansen. Asombrosas Criaturas”, una muestra artística que visita México por primera vez en el Laboratorio de Arte Alameda, gracias al trabajo de Fundación Telefónica, una organización que fomenta la responsabilidad social empresarial (RSE) y difunde la misión de la compañía Telefónica: impulsar la educación e innovación tecnológica a través de foros, campañas de concientización y exhibiciones culturales, tal como esta.
Con esta presentación, la organización no solo invita a las personas a conocer más sobre las fusiones de arte e ingeniería que podemos encontrar a nivel internacional, sino a descubrir el gran poder que tiene la energía eólica y a reconocer la eficiencia del diseño sustentable.
Espero que cuando la gente vea algo en movimiento, como los animales, tome conciencia de que estamos vivos, quizá solo un momento. –Theo Jansen.
Todo empezó con un tubo de plástico…
Para Theo Jansen, la construcción de sus criaturas inició con un par de tubos de PVC y cintas adhesivas. Eligió el primer material por su ligereza, resistencia y, al mismo tiempo, su flexibilidad; el segundo componente lo utilizó con el fin de unir las extremidades de sus criaturas, solo para darse cuenta que era demasiado frágil y no aguantaba el peso. De hecho, su primera criatura, Animaris Vulgaris, nunca pudo caminar debido a esto y tuvo que cambiar la cinta por bridas de plástico.
Animaris Vulgaris
Una constante experimentación es la base del trabajo de Jansen, quien primero construye la escultura, luego la lleva a la playa, la pone a prueba, y luego la devuelve a su taller; no obstante, no la repara, sino la llama “fósil” y se dedica a crear una nueva que mejore las fallas de la anterior.
En total, el incesante trabajo de Jansen se divide en siete periodos:
- Gluton (1990-91)
- Chorda (1991-93)
- Calidum (1993-94)
- Tepideem (1994-97)
- Lignatum (1997-2001)
- Vaporum (2001-06)
- Cerebrum (2006-actualidad)
Estas etapas marcan el principio y fin de las diferentes técnicas y materiales reciclados que ha usado Jansen –tubos de plástico, palés de madera, mangueras, ligas, botellas–, y los progresos que ha realizado.
Un avance significativo que hizo fue encontrar un modo de lograr que sus criaturas anden, aun cuando no haya viento: colocó botellas de plástico en su interior, formando un “estómago” que guarda aire comprimido y les permite moverse estando en interiores.
Otro de sus grandes logros es que, ahora, una de sus Strandbeests más avanzadas, Animaris Plaudens Vela II, cuenta con un podómetro que le permite cambiar de dirección en caso de peligro y detecta cuando está muy cerca del agua.
Con una visita a la exposición puedes aprender más sobre el proceso de fabricación, admirar a una criatura de cada uno de los sietes diferentes periodos y observar su evolución; si vas en el horario correcto, incluso puedes ver cómo caminan por el museo dos de de estas criaturas, Plaudens Vela y Ordis.
Una exposición inclusiva
Además de traer a México esta excepcional muestra, Fundación Telefónica se ha asegurado de que absolutamente todos podamos disfrutarla.
En cada una de las cédulas se encuentra un código QR para que lo escanees con tu celular y obtengas no solamente información más completa de la pieza, sino fotos y preguntas de mediación, por si vas dirigiendo algún grupo. También tienes acceso a una audioguía y un video dirigido a personas sordomudas.
No te preocupes, no tienes que usar tus datos para escanear el código, únicamente tienes que conectarte al wifi de Fundación Telefónica que está disponible para todos los asistentes.
“Theo Jansen. Asombrosas Criaturas” estará en el Laboratorio de Arte Alameda hasta el 13 de agosto del 2017, en un horario de martes a domingo de las 9 a las 17 horas. El costo de entrada es de 30 pesos y es gratis los domingos.
Si quieres ver a Plaudens Vela y Ordis caminar, asegúrate de visitar el museo de martes a sábado a las 12 o las 16 horas; los domingos puedes ver cómo reaniman a Plaudens Vela a las 12, 14 y 16 horas.
¡No te quedes sin visitar esta increíble exposición!