La responsabilidad social de una compañía constituye el 40% de su reputación de cara a los consumidores. De ahí que todas las marcas quieran comunicarla. Todas desean ser percibidas como responsables por sus grupos de interés, y claro que no hay nada malo en ello, por el contrario. No obstante, el problema llega cuando dichas organizaciones se olvidan de que un compromiso profundo con la RSE inicia en la cadena de suministro.
El término cadena de suministro apareció por primera vez en el mapa del mundo corporativo en 1982, luego de que un consultor de Booz Allen Hamilton lo utilizara durante una entrevista con Financital Times. Más de treinta años han pasado desde entonces, y aunque hay mucho sobre el tema que sigue pareciendo ageno para diversas organizaciones, también se han podido detectar numerosas áreas de oportunidad para evaluar y mejorar las cadenas de suministro de diferentes industrias.
La cadena de suministro eslabona a multiples organizaciones que participan en el ciclo de vida de un producto o servicio desde la extracción de materias primas no procesadas hasta el momento en que el producto llega a manos del consumidor final.
Para 1985, en su libro Competitive Advantage: Creating and Sustaining Superior Performance, Michael Porter introdujo el concepto de cadena de valor, un modelo teórico que permite describir el desarrollo de cada una de las actividades que generan valor para el consumidor final y que si bien está íntimamente ligado a la cadena de suministro, es un concepto que no sustituye al anterior.
En él, se describe la forma en que aspectos como la infraestructura de una organización, su gestión de los recursos humanos y el desarrollo de nuevas tecnologías, influyen directamente en el valor que la empresa es capaz de entregar a sus consumidores finales y, por qué no, también a otros grupos de interés. Cada una de estas actividades deberá estar orientada a la creación de una ventaja competitiva.
Dicho lo anterior, entendemos que es posible integrar un compromiso profundo con la responsabilidad social en cualquiera de estos esquemas, y vincularla directamente con el modelo de negocio de cualquier organización.
Las mejores cadenas de suministro
Tal como hace cada año desde 2004, Gartner publicó recientemente el ranking de las empresas con mejores cadenas de suministro en el mundo, basado en las clasificaciones anuales de Fortune Global 500 y Global 2000.
Este año, el listado tuvo pocos movimientos con relación a su edición anterior y quedó encabezado por Unilever por segundo año consecutivo. McDonald’s e Inditex le siguen en la segunda y tercera posición, mientras que Cisco y H&M cierran el top cinco.
Nokia, por su parte se ha reincorporado al ranking luego de un descanso de siete años y Diageo aparece por primera vez.
«Los líderes de la cadena de suministro de hoy en día se enfrentan a un entorno empresarial muy diferente que hace sólo 12 meses», senaló Stan Aronow, vicepresidente de investigación de Gartner, a través de un comunicado. Destacó que acontecimientos como el Brexit y las políticas de la actual administración de Estados Unidos han obligado a algunas empresas ha acer ajustes en el diseño de su red y crear planes de contingencia en previsión de nuevas políticas comerciales.
¿Qué hace que una compañía cuente con una cadena de suministro destacable?
Como ya acotamos el esquema de la cadena de suministro plantea todas las acciones que intervienen en la creación de un producto y la forma en que éste llega a su consumidor final. De ahí que la logistica y la rentabilidad juegan un papel fundamental en la construcción de una cadena eficiente.
Para determinar qué empresas cuentan con una cadena de suministro destacable, Gartner ha considerado entonces factores como:
- ROA – neto / activos totales
- La rotación de inventarios – Costo de las mercancías vendidas / inventario promedio trimestral
- El crecimiento de ingresos – Modificación de los ingresos desde el año anterior
- RSC – Índice de medidas de RSE de terceros
No obstante, esta última equivale únicamente al 10% de la evaluación para construir el ranking y se integró como parte de la evaluación hasta 2016.
De ahí que McDonald’s, cuya evaluación en RSE es de solo tres puntos, se coloque en la posición número dos, pese a que el resto del top cinco haya obtenido diez puntos en este rubro.
¿Qué hace a una cadena de suministro responsable
Las empresas responsables saben que integrar la RSE a la cadena de suministro y transparentar sus procesos a sus stakeholders no solo les ayudará a blindar su reputación corporativa, también impactará directamente en los indicadores financieros y ayudará a generar un impacto positivo en las comunidades en las que operan. ¿Cómo lograrlo?
- Desarrolla un código de ética para proveedores.
- Asegúrate de que las materias primas que utilizas en la fabricación de tus productos provengan de fuentes responsables a nivel ambiental y social.
- Realiza revisiones periódicas para asegurarte del cumplimiento de tus estándares.
- Fija metas claras y evalúa el avance de manera constante.
3 tendencias para mejorar la cadena de suministro
A partir de la información recabada este año sobre las prácticas que las empresas seleccionadas han integrado para mejorar las cadenas de suministro, Gartner ha identificado en su informe tres tendencias clave.
Digitalización
En los últimos años se ha producido un crecimiento masivo en las compañías que crean conexiones digitales en sus operaciones integrando a sus cadenas de suministro. Las empresas líderes en tecnología pueden ver este fenómeno como una oportunidad, no solo para proporcionar el apoyo adecuado a productos ya existentes, sino para ayudar a reducir el tiempo de salida de nuevos productos al mercado.
Algunas de las tecnologías más disruptivas e impactantes incluyen soluciones que combinan Internet de las Cosas (IOT), capacidades de simulación y optimización e incluso realidad aumentada. Todos estos avances han comenzado a formar parte de las cadenas de suministro más avanzadas. Las piezas del rompecabezas digital se están uniendo para permitir una gestión integral de todo un ecosistema y las cadenas de suministro no pueden quedar fuera.
Cómo integrar la RSE: Aprovechar las nuevas tecnologías para desarrollar modelos colaborativos capaces de sacar provecho de bienes abandonados o desperdiciados, es un buen ejemplo de cómo las nuevas tecnologías pueden ponerse al servicio de las cadenas de suministro que buscan ser responsables.
Adaptabilidad
En una era de transformaciones constantes es necesario que las empresas adquieran la capacidad de adaptar su modelo de negocio rápidamente a nuevas realidades; la digitalización es, desde luego, uno de los caminos más obvios en plena revolución tecnológica, pero no el único.
Más específicamente, los líderes necesitan crear organizaciones adaptativas capaces de sobrevivir independientemente de las limitaciones relacionadas con el suministro y las transformaciones políticas de su entorno.
Un ejemplo claro de esta adaptabilidad es la reacción de diversas empresas, especialmente del sector tecnológico ante la disposición del presidente Donald Trump, que al inicio de su mandato decidió prohibir el ingreso a Estados Unidos a ciudadanos de siete países de mayoría musulmana.
Muchas compañías que dependen en gran medida del trabajo de personas inmigrantes, firmaron mociones en apoyo a sus colaboradores y publicaron su postura contra el veto presidencial.
«Estados Unidos se describe con orgullo como una nación de inmigrantes. Y lo somos. Una cuarta parte de nosotros tiene al menos un progenitor que nació en otro país. Cerca de la mitad tenemos un abuelo que nació en otro lugar”, señaló la misiva.
Ecosistemas saludables
Sumado a dicha adaptabilidad las empresas líderes deberán darse cuenta de que el éxito de la cadena de suministro depende de la salud y el bienestar de los ecosistemas. La sostenibilidad ambiental es otra de las prioridades en el proceso de construir cadenas de suministro eficientes.
La conservación de los recursos naturales, el aprovechamiento adecuado del agua y la transición a energías limpias serán fundamentales para responder a las demandas de la población y de nuestro planeta. No hay sistema económico que valga en un planeta que muere y las empresas que deseen ser trasencentes tendrán que apresurarse a entenderlo.
Los jeans de botellas reciladas lanzados por Levi’s en 2012 y los esfuerzos de diversas marcas de la industria de la moda por integrar materiales reciclados en sus procesos de fabricación son el ejemplo perfecto.