Llegar a la Casa Blanca y ser parte del equipo encargado de ayudar a dirigir una de las naciones más poderosas del mundo, es quizá el sueño de miles de niñas y niños norteamericanos. Algunos de ellos mantendrán esa meta hasta la etapa adulta y unos pocos tal vez lograrán cumplirla; pero ¿es verdad que dentro de este recinto se vive el famoso sueño americano?
Desde el inicio de su campaña previa a las elecciones, el actual presidente Donald Trump ha sido conocido por sus comentarios misóginos y su conducta, a menudo sexista y lasiva contra las mujeres. La palabra equidad nunca ha parecido formar parte de su vocabulario, y aunque su hija, Ivanka, incluso ha escrito ya un libro sobre el tema, lo cierto es que sus esfuerzos no han sido bien recibidos a nivel público.
No es para menos. Mientras Ivanka da a las mujeres consejos para tener éxito en el trabajo, la Casa Blanca parece haber persido de vista que el verdadero secreto para alcanzar la equidad no está en aquello que las mujeres pueden hacer, sino en la forma en que las organizaciones rompen con los sesgos de género.
Las mujeres que trabajan en la Casa Blanca reciben un salario promedio de 80 centavos por cada dólar que se les paga a sus colegas masculinos. Esto de acuerdo con un análisis publicado recientemente por CNN. La media nacional, según datos del Departamento del Trabajo, es de 82 centavos por dólar.
Esto quiere decir que la brecha salarial de género es aún más amplia en la Casa Blanca que en el resto de Estados Unidos. Mientras el salario promedio de los hombres que colaboran en el recinto presidencial es de 104,000 dólares, las mujeres reciben unos 83,000 dólares. Eso es un promedio de 21,000 dólares menos gracias a una brecha de género.
Hablemos de cuotas de género
¿Acaso alguien pensó que la designación de mujeres como embajadoras y secretarias de educación, era un indicador de reducción de sexismo por parte de Donald Trump? Error.
De los 359 colaboradores que se desempeñan en la Casa Blanca, 47% son mujeres y 53% hombres. Casi un número equivalemte que a simple vista nos dejaría ver a una organización comprometida con la equidad de género.
Esta disparidad se debe principalmente a que las mujeres también ocupan puestos de menor rango en comparación con sus colegas masculinos. La mitad de los hombres que laboran ahí actualmente ganan 95,000 dólares o más anualmente, mientras que la mitad de las mujeres ganan 70,100 dólares o menos.
Esas cifras nos hablan claramente de la distribución de colaboradores por género al interior de la Casa Blanca. Nos habla de un recinto en el que las mujeres tienen las puertas abiertas, siempre que aspiren a puestos de nivel operativo.
Solo seis de los 22 colaboradores que ganan el salario máximo que ofrece la Casa Blanca -179,700 dólares- son mujeres.
Es probable que estas cifras se encuentren en disparidad con los presentado en el informe anual de salarios en la Casa Blanca. Esto debido a que dentro de dicho documento fueron incluidos un total de 18 colaboradores que han sido contratados a prestamos de otros departamentos, mismos que fueron excluidos en el reporte de CNN.
La postura de la Casa Blanca
Hasta el momento, la Casa Blanca no se ha pronunciado con relación al documento publicado por el medio, aunque sabemos que es probable que nieguen la existencia de una brecha salarial.
En el marco de la Convención Nacional Republicana, a finales de julio, Ivanka Trump describió a su padre como alquien que proporciona oportunidades a las mujeres en el lugar de trabajo y que tiene una política de contratación ciega al color y género neutro.
Él va a luchar por la igualdad de remuneración por trabajo igualitario y yo voy a luchar por esto, también, justo a su lado. – Ivanka Trump
Desde el inicio del mandato del presidente Trump, pocos han podido evitar comparar su gestión con la administración de Barack Obama, que además de mantener una politica ambiental que apoyaba firmemente la lucha contra el cambio climático, también guarda numerosas diferencias con el gobierno actual. Entre ellas, su postura sobre la brecha salarial.
Durante la gestión del presidente Obama, la Casa Blanca admitió que no era el ejemplo perfecto en materia de género, aunque su brecha salarial era significativamente más estrecha que la actual. En 2014, esta rondaba ya en 13%, una cifra inferior a la media nacional que hoy es ya del 23.5% según el Washington Post.
La pregunta realmente importante es ¿cuénta la institución presidencial con las políticas necesarias para garantizar un salario igualitario, o existen empresas más avanzadas en esta materia?
Para muestra nada menos que GAP. La marca de ropa que en 2014 se convirtiera en la primera compañía de Fortune 500 en anunciar el cierre de la brecha salarial de género bien puede dar cátedra de lo que significa realmente equidad.
"Anything less is unacceptable."
Our CFO's take on #EqualPay via @Glassdoor: https://t.co/0IJkvP1fGI #CloseThePayGap pic.twitter.com/hClCKViRPk— Gap Inc. (@GapInc) 14 de abril de 2016
Situación estadounidense actual
Según el artículo de USA Today que la propia Ivanka Trump compartiera en Instagram en el marco del pasado Equal Pay Day, el 4 de Abril, en Estados Unidos las mujeres ganan 82% de lo que gana un hombre por el mismo trabajo. Esta cifra se reduce a un 68% en el caso de las mujeres afroamericanas y 62% en el caso de las latinas.
Las mujeres representan más de la mitad de la fuerza laboral con educación universitaria en Estados Unidos, pero aquellas que tienen trabajo de tiempo completo ganan mucho menos que los hombres en casi todas las ocupaciones. La brecha se hace más profunda a medida que agregan caracteristicas de vulnerabilidad a la lista.
Encontrar una ocupación en la que esta brecha no exista o esté más cerrada es una misión casi imposible, ya que este fenómeno está presente en 18 de los 20 puestos de trabajo más comunes.