Para que los niños comiencen a tener una cultura sobre el reciclaje, la separación de basura y la reducción de contaminantes, es de suma importancia que en casa y en la escuela los pequeños reciban educación ambiental.
Un ejemplo claro de esto es la maestra María del Rocío Hurtado, quien junto con sus alumnos de una escuela primaria, presentaron el proyecto Ford 92, en Tamaulipas, el cual se convirtió en un plan de cambio para su comunidad.
La intención primaria de los involucrados fue obtener dinero de la basura que se reciclaba con el fin de ganar un dinero y ahorrarlo para una salida escolar, pero la vida hizo que el destino fuera diferente.
Desde hace tiempo, los alumnos de quinto año hablaron con sus compañeros sobre la importancia de la separación de la basura en orgánicos e inorgánicos y también sobre dejar de tirar sobras de comida en el patio de la escuela, ya que esto ocasionaba que un grupo de palomas se acercaran y éste estuviera lleno de excremento.
Fue así que en la escuela se comenzaron a implementar esas reglas y los desperdicios cotidianos se recolectaron en una cubeta para la elaboración de composta. Semanas después las palomas no se volvieron a parar por ahí.
Los niños de la primaria cambiaron hábitos y siguieron con la separación de basura, tanto que terminó el proyecto y ellos siguieron haciéndolo.
Poco a poco los padres también se involucraron y juntaron materiales que pudieran vender por kilo, como el cartón y las botellas de plástico.
Al llevar este material al centro del reciclaje, comenzaron a juntar dinero para la salida escolar pero al final fue destinado para personas y animales en situaciones difíciles.
“Cuando empezamos a vender cartón y botellas, porque acumulábamos cada vez más, nos dimos cuenta que el dinero era poco”, y es que, relató la maestra, “la primera vez reciclamos 59 kilos de cartón. Lo llevó un papá en una camioneta y cuando regresó nos dio 26 pesos”.
Al ver que el dinero era poco, la maestra pensó que sus alumnos se desanimarían pero la respuesta de los estudiantes fue: “maestra, tenemos que juntar más cartón”.
Con el tiempo, la cantidad de dinero era mayor y cuando estaban cerca de la meta para poder realizar su salida escolar, los estudiantes decidieron que el destino del efectivo fuera disímil. Ayudaron a un albergue para perros callejeros.
Ahora, este año será diferente. Los alumnos apoyarán con el dinero que se juntó, a una exalumna de la primaria, quien tiene 14 años y tiene leucemia.
Con estas acciones, la maestra de primaria María del Rocío Hurtado quien tiene 27 años de experiencia docente, recibió el Premio ABC 2017, otorgado por la organización Mexicanos Primero.
Al igual que María del Rocío, Carlos Alberto Villarreal, de Zacatecas; Carlos Máximo Lozano, del Estado de México; José Dolores Chan, de Yucatán; Marbelia Molina, de Guerrero; Ricardo Enrique Cetina y Rogelio Ake, de Yucatán, recibieron el reconocimiento.
El premio se otorga a los maestros de educación básica en escuelas públicas debido a su desempeño destacable.
Los premiados obtendrán una beca para estudiar un diplomado sobre liderazgo y calidad de competenciasdirectivas y docentes, una computadora personal, una bilioteca educativa y una estancia para estudios en el extranjero.
La maestra María del Rocío dice que se siente satisfecha por su labor y además dice que ella ve cómo los niños van aprendiendo a tomar decisiones responsables, “y eso me hace sentir que vamos muy bien”.