Estas chanclas tienen mucha historia. ahora venden más de medio millon de ellas al día, pero antes eran tan solo «unas humildes chanclas»
Las sandalias de la marca brasileña Havaianas son fabricadas por la compañía J&F, que pertenece a los hermanos Batista, implicados en una trama de corrupción que golpea Brasil.
Anualmente, la empresa vende unos 200 millones de pares de chanclas y su triunfo se ha convertido en un fenómeno nacional e internacional.
Ahora hay tiendas alrededor del mundo con estas sandalias de todos los colores, también las hay con tiras cruzadas, brillantes, de colores de equipos de fútbol y con plataformas.
Las Havaianas ahora son un símbolo de Brasil. Muchas de ellas llevan una bandera del país.
«Las Havaianas encarnan el estilo de vida divertido, vibrante y espontáneo de Brasil», afirma la empresa en su cuenta de Twitter. Y es esta fuerte identidad lo que le ha ayudado a seguir en pie frente a versiones más económicas y un diseño fácil de replicar.
Las sandalias Havaianas han tenido un crecimiento impreisonante ya que ahora hasta le insertan cristales Swarovski y este modelo se vende por cerca de US$100 en Saks Fitfth Avenue, una cadena de almacenes de lujo con sede en Nueva York, EE.UU.
Ahora es un éxito total en todo el mundo, pero no siempre ha sido así. Anteriormente este calzado, creado en 1960, fue dirigido únicamente hacia la clase trabajadora
En esos tiempos sólo se se fabricaba un diseño en azul y blanco y lo llevaban trabajadores de todo el país que lo compraban a vendedores ambulantes que las portaban en la parte trasera de sus caravanas.
J&F dice que dice que la primera variación ocurrió de accidentalmente en 1969, cuando un lote salió por sorpresa de color verde y gustó mucho a la gente. Desde ese momento comenzó su éxito y comenzaron a experimentar.
«La compañía creó diferentes prototipos y se asoció con diferentes marcas. En pocas semanas, un producto que costaba unos US$3 podía venderse por hasta diez veces más».
Ante el gran gusto de cada una de las personas por este calzado, la gente en Brasil todavía compra los viejos modelos y los nuevos ricos podían permitirse adquirir los nuevos, los más elegantes. Esto fue un punto de inflexión para la corporación, que se volvió un éxito mundial y multiplicó sus ingresos.
Eduardo Alves, un escritor sobre lujo y estilo de vida que vive en Río de Janeiro, Brasil, dice que es «una de las mejoras más notables de la historia de la moda».
En contraste, con otra opinión expresada para BBC sobre las sandalias Havaianas, un brasieño dijo: «Es lo contrario a cuando yo era niño», dice un hombre que creció en Brasilia a finales de los 80. «Me moría de vergüenza cuando mi madre nos compró a todos pares de esas chanclas para llevarlas a la escuela. Se veían muy fuera de onda».
No todo es de colores
Alpargatas -el nombre de la empresa que fabrica los zapatos- es propiedad de la corporación J&F, de los Batista, y ha estado últimamente en el centro de uno de los mayores escándalos de corrupción que ha conocido la historia del país.
Joesley Batista, el presidente de la empresa, tuvo conversaciones secretas con el presidente de Brasil, Michel Temer para gestionar sobornos.
Fue entonces que el grupo J&F fue multado con más de US$3.000 millones y decidieron vender parte del negocio para liquidar esas deudas.
Los hermanos Joesley y Wesly Batista harán frente a una multa de 2 mil 800 millones de euros tras reconocer haber sobornado a casi 2 mil políticos de Brasil para obtener préstamos públicos a precio reducido.
Fue así que J&F empezó a vender activos. Hace unos días, la empresa transfirió por 3.500 millones de reales (USD 1.100 millones) su paquete de 54,24% de acciones de Alpargatas a tres holdings bancarios: Cambuhy Investimentos y Brasil Warrant, de los Moreira Salles, e Itaúsa, el grupo que controla Itaú, al mando de la familia Setubal y de Pedro Moreira Salles.
