Quinientos niños de escasos recursos en Bahía de Banderas, Nayarit han sido beneficiados con las actividades extracurriculares gratuitas que ofrece Fundación Delia Morán-Vidanta desde hace cuatro años.
La Fundación pertenece a Grupo Vidanta que, por si no te suena, tiene hoteles como el Mayan Palace así como una asociación con el Cirque du Soleil para crear JOYÁ, una experiencia teatral y gastronómica permanente en la Riviera Maya.
El 17 de septiembre de 2013, la institución comenzó a ofrecer cursos para complementar la formación académica que los niños reciben en sus respectivas escuelas. De esta manera, por la mañana van a su escuela y por las tardes acuden a la Fundación cuatro horas de lunes a viernes, donde les enseñan inglés, artes, deportes, matemáticas, lectura, informática, valores, nutrición, entre otras.
A los niños y familias beneficiadas no se les pide aportación alguna por parte de la Fundación, la cual les ofrece los materiales necesarios para todas las actividades, alimentos, médico a disposición e incluso transporte de ida y vuelta hasta sus hogares.
La única exigencia es que mantengan un porcentaje de asistencia de 85 por ciento.
Modelo de éxito
La formación que los niños reciben se da de manera integral y a lo largo de cuatro años “porque son los que hemos identificado que son necesarios para generar el cambio que queremos”, comenta Isabel Arana, quien está al frente del centro educativo desde que éste comenzó a brindar estas actividades.
Isabel asegura que durante este tiempo ha tenido la oportunidad de ver cómo las familias de los niños beneficiados cambian la idea del futuro que tendrán sus niños, a partir de que forman parte del programa de la Fundación.
Tan exitoso es e programa, que Isabel reconoce que la lista de espera que tienen es “considerable”, pero tienen que respetarla.
Para ingresar a la Fundación hay dos filtros. El primero lo realiza el Sistema para el Desarrollo Integral de la Familia del Estado de Nayarit (DIF) que selecciona niños de entre 6 y 9 años en condición vulnerable. A partir de ello se genera un expediente con un estudio socioeconómico, avalado por trabajadores sociales, dictamen de vulnerabilidad, cartas de los padres, etcétera.
El siguiente filtro es realizado por la propia Fundación, mediante el apoyo de psicólogos, nutriólogos y médicos generales.
¿Qué sigue?
Isabel anticipa que lo mejor para la Fundación está por venir. Entre los planes que tienen está dar seguimiento a los egresados y establecer un vínculo para poder seguir trabajando con ellos, así como lograr acuerdos pensando en el futuro y oportunidades para los menores.
“Este aniversario es muy conmemorativo, ya que hemos formado a dos generaciones. Y también representa un parteaguas de las cosas que hemos logrado y las que hay que mejorar”, afirma.
La primera generación de niños que entró en 2013 se graduó hace un par de meses y los números indican que 56 de los 90 pequeños, es decir 63%, se mantuvieron los cuatro años del programa.
Nada mal si pensamos que en algunos casos el niño vive hasta a 90 minutos de distancia de la Fundación, lo que implica extender siete horas la jornada del pequeño.
Si aún así acude más de 85% de las veces a la Fundación, ¿seguro tiene que gustarle, no?
Este 18 de septiembre la Fundación realiza un festejo para conmemorar sus primeros cuatro años de impulsar mejores oportunidades para quienes más las necesitas. ¡Que vengan muchos más!
