Año 1893; Nueva Zelanda aprueba el sufragio femenino y se convierte en el primer país del mundo en hacerlo. 1953: Las mujeres son capaces de votar por primera vez en México. 2017: Las mujeres consiguen el derecho a levantar la voz sobre el acoso sexual. Con ello hacen historia y además se convierten en las personalidades del año 2017 en Time.
Tres verdades. Uno; yo he sido víctima de acoso sexual. Dos; tú también has estado en esa posición. Tres; al menos una vez guardaste silencio al respecto.
Veinte años pasaron antes de que Ashley Judd decidiera levantar la voz públicamente sobre aquella reunión en 1997 en la que Harvey Weinstein, director de Miramax intentara forzarla a mantener relaciones sexuales. Sus declaraciones fueron el inicio de una enorme bola de nieve que destapó un profundo problema de acoso sexual en la industria del entretenimiento.
«Empecé a hablar sobre Harvey en el momento en que sucedió (…) Literalmente salí de la habitación del hotel y bajé directamente al lobby, donde mi papá me estaba esperando porque se encontraba visitándome en el set y pudo, por mi cara, para usar sus palabras, saber que algo devastador me había sucedido. Se lo dije. Se los dije a todos». Así lo narró en una entrevista con la revista Time.
Sus palabras, sin embargo no fueron entonces más que murmullos. Susurros que se sumaban a una gran cantidad de silencios, de secretos a voces, de advertencias veladas. El grave problema de acoso que surcaba los mares de la industria del entretenimiento en Estados Unidos y en el resto del mundo, se perdía entre las aguas del miedo, la vergüenza o el desinterés. Las estrellas de Hollywood, ataviadas con sus vestidos de diseñador eran víctimas silenciosas de acoso sexual. Ellas, con los reflectores al frente y los micrófonos en sus bocas, no podían atreverse a alzar la voz.
¿Qué esperanza quedaba entonces para el ama de casa común?, ¿qué voz podría haber tenido la asistente ejecutiva que tolera las insinuaciones de un jefe abusivo solo porque necesita su empleo?, ¿quién escucharía a la novia cuya pareja abusa sexualmente de ella, o a la camarista que teme todos los días que un huesped la acorrale en una habitación de la que no podría salir?
Personalidades del año 2017 en Time
Ese mismo cuestionamiento destaca entre las páginas de Time frente a su nombramiento de la personalidad del año este 2017. Las primeras personas en romper el silencio sobre el acoso sexual son quienes se colocan este año en la portada de la revista y se hacen acreedoras a este reconocimiento por haber hecho historia.
Find out why the Silence Breakers were chosen as TIME's Person of the Year 2017 #TIMEPOY https://t.co/jOS7zksnw7
— TIME (@TIME) 6 de diciembre de 2017
Gracias a las mujeres y hombres que se atrevieron a contar su historia y levantar la voz sobre el acoso sexual, 2017 será el año que marque un parteaguas en la construcción de un mundo libre de violencia sexual. El movimiento #MeToo, traducido en los países de habla hispana como #YoTambién, dio a las víctimas de acoso en todo el mundo la oportunidad de contar su historia y con ello contribuir a visibilizar, en una dimensión mucho más real, el problema que hasta hoy parecía no tener un nombre.
El acoso sexual no es algo que pasa. No está presente solo en la industria del entretenimiento y no le sucede solo a las mujeres. Se trata del abuso de una relación de poder para agredir sexualmente a una persona; y sí, las mujeres son más vulnerables a ello porque históricamente han sido segregadas, cosificadas y estigmatizadas como objeto de deseo y nada más; como quienes tientan al hombre.
Un error… Intencional
Ashley Judd, Taylor Swift, Susan Fowler, Adama Iwu e Isabel Pascual. Ellas protagonizan la portada de Time para anunciar a las personalidades del año 2017. Ellas son quienes con su voz iniciaron el movimiento que da voz a las víctimas de acoso sexual y en el proceso hace historia.
Sin embargo estas mujeres no son las únicas a las que ha alcanzado el nombramiento de la publicación. Dada a conocer la imagen de la portada, las personas no tardaron en notar un inquietante detalle al lado derecho de la imagen. Un codo. Uno que aparentemente no pertenece a ninguna persona, uno que podría haber sido de alguien que fue recortado de la imágen en el último minuto.
¿Error? Así llega la duda; una publicación con el profesionalismo y prestigio de Time no publica en la portada un mal recorte.
Ella también es víctima de acoso sexual, pero estuvo allí anónimamente, dijo, como un acto de solidaridad para representar a todos los que no podían hablar. – Time.
Impresionante manejo del lenguaje visual. Protagonista anónimo, mensaje contundente. Las personas del año son todas las víctimas de acoso sexual que no encuentran su propia voz, que no pueden o no están listas para denunciar aún. Personas cuyas historias no conocemos, pero con quienes nos solidarizamos. Personas que necesitan profundamente saber que no están solas.
Ellas, nosotras y todas…
«El codo extraviado en la portada de Person of the Year de Time está destinado a incluir víctimas de acoso sexual que deben permanecer en el anonimato: todavía es muy difícil para muchas mujeres presentarse», así lo explicó Charlotte Alter, corresponsal de Time en entrevista con Buzzfeed.
El codo perdido no representa a una persona, sino a millones. Hombres y mujeres que en silencio se asumen como víctimas de acoso sexual. Hombres y mujeres que sobreviven al trauma que representa ser agredidos física y/o emocionalmente por otra persona con quien a menudo mantienen una relación y ante quien se sienten vulnerables; ya sea porque los supera en fuerza o porque se encuentra en una posición de poder.
Dijo que si alguna vez lo perjudicaba me iba a secuestrar, me cegaría con un bolígrafo y me lanzaría al Hudson. – Selma Blair
Cuando testifiqué, tuve que ver al abogado de ese hombre agrediendo y acosando a mi equipo, incluyendo a mi madre… Estaba enojada. – Taylor Swift
Seis mujeres que a simple vista son completamente diferentes. Desde la estrella de cine hasta la anónima trabajadora de hospital que no está lista para compartir su rostro o su historia. Seis mujeres cuyos rostros, orígenes y ocupaciones las hacen pertenecer a mundos completamente distintos y que, sin embargo, tienen un profundo vínculo en común: todas son sobrevivientes de acoso sexual. No, no víctimas. Son sobrevivientes porque han alzado la voz, porque han roto el silencio, y con él han destruido la culpa para reconstruirse a sí mismas.
Pensé, ¿Qué acaba de pasar? ¿Por qué no reaccioné? – Víctima anónima
¿Se suponía que nosotras teníamos que llamar a un fantástico abogado como de película? – Ashley Judd.
Quienes viven el acoso saben que a menudo las víctimas se sienten culpables. Es esa maldita responsabilidad que la sociedad les ha impuesto cuando dice que una mujer que usa escote debe esperar que un hombre la mire o se acerque de forma lasciva e incómoda. Es esa maldita culpa que se impone cuando preguntamos ¿estás segura que no le hiciste pensar que tú querías algo?
Deshacerse de la culpa implica deconstruirse y reconstruirse; en el proceso sobrevivir.
La lucha contra el acoso sexual es una batalla que se libra internamente. Una vez que se ha ganado parece tarde llevarla al exterior. Esa es la respuesta para quienes se preguntan por qué ahora; por qué tras cinco, diez, quince o vente años; por qué cuando alguien más alza la voz.
«Estamos actuando a destiempo, así que no tengo tiempo para jugar a ser agradable», dice Rose McGowan. Las víctimas no tienen tiempo para jugar a ser agradables, para pensar en si le hacen daño a la carrera de alguien o para pensar en el qué dirán. Ellas han sido agredidas, han librado una batalla interna, la han ganado y ahora sienten la responsabilidad de hablar.
No hay tiempo para responder por qué tardé años en asumirme como víctima de violencia sexual, reconstruirme y hablar. No hay tiempo para dar explicaciones porque ahora, como un ser humano con voz, como miembro de una comunidad, siento la responsabilidad de sumarme a la lucha por erradicar un problema que aqueja a millones de mujeres en el mundo; uno que no deseo que llegue hasta nuestras hijas.