Cada año se ajusta el Reloj del Apocalipsis (Doomsday Clock, en inglés), el cual mide el tiempo de la próxima destrucción de la Tierra.
El Doomsday Clock «es un símbolo que representa cuán cerca o lejos estamos de una catástrofe global. Y lo que queremos decir con eso es cuán cerca o lejos estamos de destruir la vida en la Tierra como la conocemos», explicó el año pasado la directora Rachel Bronson.
Este año, el ajuste ha creado mucha polémica debido a que los científicos decidieron aumentar 30 segundos más al reloj: 23:58 horas.
La última vez que el reloj estuvo en dos minutos antes de la media noche fue en 1953, cuando Estados Unidos y las entonces Unión Soviética realizaban pruebas de bombas de hidrógeno.
«En las discusiones de este año, una vez más los asuntos nucleares se pusieron en el centro del escenario».
El Doomsday Clock fue creado en 1947, tras la Segunda Guerra Mundial, por los científicos que participan en el boletín de Científicos Atómicos.
El Doomsday Clock fue creado en 1947, tras la Segunda Guerra Mundial, por los científicos que participan en el boletín de Científicos Atómicos.
Han sido 20 veces que se ha ajustado con márgenes de 2 a 17 minutos, los cuales reflejan la preocupación de los científicos que lo concibieron ante el peligro de un conflicto nuclear al inicio de la Guerra Fría.
La pintora Martyl Langsdorf diseñó el reloj. En la primera aparición de éste se marcaban siete minutos para la medianoche.
En 1953 se marcó dos minutos antes de la hora límite debido a que se habían realizado pruebas de armas termonucleares tanto en Estados Unidos como en la Unión Soviética.
Ese y ahora el año 2018, estuvo más cerca de la medianoche.
Fue en 1991, al finalizar la Guerra Fría y con los nuevos acuerdos de reducción de armas entre Washington y Moscú, el reloj alcanzó su mayor distancia de la hora final: 17 minutos.
Para el físico Lawrence Krauss, es difícil comparar con otras épocas. Hemos hecho la declaración clara de que sentimos que el mundo se está volviendo más peligroso.
A pesar de que Donald Trump no cree en el cambio climático y hasta ha negado la existencia de éste la lucha por la erradicación de los emisores de Co2 sigue de pie.
Según la presidenta del Boletín, Rachel Bronson, en su declaración dice que pesó el lastre que los tuits de Donald Trump suponen para el futuro de la humanidad. Además, el panel ocupa a la «espiral descendente de la retórica nuclear entre el presidente estadounidense Donald Trump y el líder norcoreano Kim Jong un, y advierte que Trump debería abstenerse de una retórica provocativa con respecto a Corea del Norte, reconociendo la imposibilidad de predecir sus reacciones.
De acuerdo con El País, las relaciones de Estados Unidos con Rusia y la gestión de Trump del acuerdo con Irán en el apartado atómico han contado también notablemente.
«El fracaso de los líderes mundiales para abordar las mayores amenazas para el futuro de la humanidad es lamentable, pero ese fracaso puede revertirse».
«Es difícil comparar con otras épocas. Hemos hecho la declaración clara de que sentimos que el mundo se está volviendo más peligroso», apuntó el físico Lawrence Krauss sobre la comparación con la otra época en la que estuvimos tan cerca de la aniquilación».
«Si lees la declaración de 1953, hay paralelismos, incluyendo el asunto de la unidad europea», recordó la presidenta. En 1991, con el final de la Guerra Fría, se alcanzó la mejor hora, 17 minutos antes de las 0:00 horas. Pero desde 2010 no hemos dejado de acercarnos a la medianoche en el Doomsday Clock.
El calentamiento global
El calentamiento global ha sido otro factor decisivo. El 2016 fue el más caluroso de los registros históricos y lo que fue por tercer año consecutivo.
Según los registros 2015, 2016, y 2017 los registros han sido los años con las más altas temperaturas y aunque Donald Trump lo ha negado, las pruebas científicas lo comprueban.
