A medida que avanza el conocimiento acerca de temas ambientales, y más durante estos días en los que se lleva a cabo la Cumbre sobre Cambio Climático de Copenhague, escuchamos frecuentemente las palabras ‘emisiones de carbono’ y su impacto negativo en el planeta. Pero, ¿cómo se ve ese carbono? ¿cómo puede representarse la cantidad de gases que los seres humanos inyectamos en la atmósfera?
Un grupo de organizaciones norteamericanas involucradas en temas ambientales se acercaron al artista italiano Alfio Bonanno con la idea de presentar una instalación que pudiera representar esto.
La idea fue realizar un contenedor que pudiera almacenar (en teoría) una tonelada de carbono, que es la cantidad promedio de gases que emite una persona por mes en un país industrializado y el promedio que emite un ciudadano de Estados Unidos en sólo dos semanas.
El resultado es el CO2 Cube, o Cubo de CO2: una instalación artística desarrollada por Bonanno y el arquitecto Christophe Cornubert y ubicada en el lago Saint Jørgen, en Copenhague, que será exhibida durante la conferencia del clima que comienza hoy.
La instalación es grande como una casa (8,2 metros de lado) y está flotando en el mencionado lago, en frente del Planetario de la ciudad. De acuerdo Bonanno, la ubicación fue cuidadosamente elegida: «En la edad media, el lago formaba parte de un sistema diseñado para controlar los niveles de agua en el foso de la ciudad, un símbolo de la forma en que el agua es la base para las grandes necesidades del hombre y, al mismo tiempo, uno de sus grandes temores», señala desde su sitio web.
Esto es en referencia a que el aumento del nivel del mar es, de hecho, una de las principales preocupaciones frente al fenómeno del calentamiento global.
«En su encarnación de muchos de los impactos que puede tener el cambio climático, el cubo provee una perfecta visualización de nuestro tiempo: una tonelada de contaminación realizada por el hombre, creada por cada uno de nosotros cada mes», concluye en la presentación del proyecto el artista.
Además de lo simbólico, el cubo tendrá mensajes multimedia proyectados sobre sus diferentes caras: información actualizada, datos y conejos para reducir la huella de carbono.
Una forma simple pero impactante de representar nuestro impacto en el planeta y de llamar la atención a los líderes políticos, que tienen en Copenhague el poder para sellar un nuevo acuerdo climático.
