El 65.7% de los mexicanos considera que los cuerpos policiales están controlados por el crimen organizado, esto de acuerdo con una encuesta del Centro de Estudios Sociales y de Opinión Pública de la Cámara de Diputados realizada en 2017. Además, el 83.1% de los participantes piensa que hay mucha delincuencia y el 66.5% considera que es poco o nada probable acabar con la corrupción en el país.
Lo que motiva la corrupción es la satisfacción de intereses personales, el deseo de poder y la falta de ética personal y profesional. Según la asociación Causa en Común “es una de las principales causas de desconfianza ciudadana en sus instituciones”.
El salario, ¿una posible causa?
Información del Gobierno de México muestra que un policía promedio cobra 554 dólares al mes. El monto aumenta si este ocupa una posición más alta hasta llegar a los 2.658 dólares mensuales. Contrastante si se compara con el salario de 3.541 dólares que percibe un policía que inicia su carrera en Nueva York, sin embargo, ¿el problema de corrupción verdaderamente radica en los bajos salarios?
Como ejemplo, el caso de ecuador, se decidió que se duplicaría el presupuesto para la seguridad y se aumentaron los sueldos para tener a la policía mejor pagada de la región. El resultado de esto fue que el índice de homicidios disminuyó un 64% en tres años. La tasa de homicidios en 2014 llegó a aproximadamente 8 por cada cien mil habitantes.
Por otro lado, según un análisis de InSight Crime de 2011 subir los sueldos, por si solo, no va a acabar con la corrupción en México, además de ese deben de existir esfuerzos en otras áreas. De acuerdo con el texto “Ese enfoque es solo una parte de las reformas necesarias para que la aplicación de la ley en el país sea más honesta”.
El director general del Observatorio Nacional Ciudadanos de México, Francisco Rivas, puso especial énfasis en las condiciones laborales en general de los agentes de seguridad, no únicamente en los salarios que perciben.
“Indudablemente, las condiciones laborales, no solo salariales, son un caldo de cultivo negativo en términos de incentivos que puede tener una persona para corromperse”. Aseguró.
De acuerdo con Rivas, mejorar la parte económica sin duda es un buen aliciente, sin embargo hay que prestar atención a todo el panorama, sus prestaciones laborales no son las adecuadas, algunos no tienen seguros de gastos médicos o sus seguros de vida son insensatos.
“Hay algunos casos en los cuales la debilidad institucional pone a los policías, que no es que quieran corromperse por una cuestión económica, sino que no les queda otra. (…) Tienen que enfrentar el embate de una criminalidad organizada mucho mejor equipada y que utiliza medios coercitivos muy agresivos en un contexto en el que no hay quien proteja a la misma autoridad”. Compartió.
Por lo tanto, lo que se esperaría es mejorar las condiciones laborales y que crezca el tamaño de las instituciones de seguridad y justicia, pues a veces el número es deficiente respecto al tamaño de la población o los retos que presenta la región.
Rivas propone que el siguiente paso para disminuir la corrupción es realizar investigaciones tanto internas como externas para identificas a posibles funcionarios públicos corruptos y tomar las acciones correspondientes.