Ingrid Newkirk es una activista provocadora contra el sufrimiento de los animales y ha convencido a seis millones de personas de todo el mundo el cuidado de ellos en el medioambiente.
De acuerdo con El País, Ingrid ha asaltado laboratorios de experimentación animal que paseado en cueros por Times Square o irrumpido en un restaurante para meter un mapache muerto en la sopa de la exquisita editora de moda Anna Wintour, una mujer conocida por su talento editorial y su visión hacia la moda.
Newkirk, es ahora temida y famosa activista en Washington. Es una experta en el marketing de impacto, desde la atalaya de su organización,Personas por el Trato Ético a los Animales (PETA, en sus siglas en inglés),
Fue en 1994, que Ingrid convenció a varias modelos de posar desnudas contra el uso de pieles. Desde entonces, Ingris ha creado campañas agresivas, inteligentes, siempre provocadoras.
“Usamos todo lo que está en nuestras manos. El humor, la seriedad, cosas estúpidas, desagradables, ridículas… También el sexo. ¿Por qué no? Nada vende más. Todo con tal de que la gente reflexione y discuta. Se pueden reír de nosotros, nos pueden criticar y no pasa nada, algo aprenderán. Tenemos la obligación de que nuestras ideas lleguen a la gente”
En la entrevista que El Pais le realizó dice que:
—Soy un animal. No me gusta que piensen que soy mujer, que soy blanca, que soy angloamericana. Eso es basura, eso es separar antes que ensanchar.
—¿Ensanchar?
—Cuando uno se enfrenta a una injusticia, debe preguntarse si la siente solo porque le afecta o porque es un hecho universal que no debería ocurrir. Es como la guerra. ¿Rechazas únicamente que pase en tu país o estás en contra de todas? No se puede estar solo contra la muerte de un animal, sino de todos los animales. Hay que ensanchar los principios”.
«Los animales necesitan el derecho a ser protegidos de nosotros. Lo hemos destruido todo y les hemos arrebatado su espacio».
«Me acuerdo que durante dos años dirigí un grupo que liberaba pichones destinados a la práctica de tiro en Pensilvania. Era horrible. Los dejaban sin comer y luego los soltaban para ser abatidos. Los tiradores iban borrachos, las aves caían heridas y aún vivas las metían en enormes barriles. Nosotros los liberábamos antes para impedir la matanza. Luego nos detenían y nos negábamos a pagar la fianza. Cada vez que lo hacíamos, pasábamos 15 días en prisión. Pero no dimos nuestro brazo a torcer y al final se abandonó la práctica del tiro al pichón”.
—¿Apoya los ataques a granjas?
—¿Ataques?
—Liberar a los animales sin autorización del dueño.
—Si lo condenas, pregúntate qué estás haciendo legalmente para frenar estas atrocidades. Si haces algo, quizá tengas derecho a decir que esa vía no te parece adecuada, pero si no haces nada.
Para Ingrid, el maltrato hacia los animales debe extinguirse, las encuestas señalan que el 46% de la población es contraria al uso de animales en ensayos médicos y que las pautas están cambiando: las vivisecciones ya están prohibidas en su mayoría y la tecnología ha ayudado con el cultivo de tejidos humanos.
¿Será posible lograr esta propuesta de que la presidenta de PETA, habla?