Las empresas irlandesas saben crear vínculo con la comunidad. ¿Qué pueden aprender las compañías de otros países?
La RSE en Irlanda
Irlanda tiene una larga tradición de responsabilidad social empresarial (RSE). Mucho antes de que se acuñara el término, las empresas irlandesas estaban comprometidas con su personal y las comunidades en las que se ubicaban.
El gobierno tiene una visión compartida de que Irlanda se convierta en un país más justo, con una economía fuerte y sostenible, empleos plenos y una mejor calidad de vida para todos los ciudadanos. La colaboración entre la industria, la sociedad civil y el sector público es clave para lograr esta visión.
La familia Guinness, a lo largo de los siglos, financió instalaciones médicas, proporcionó viviendas comunitarias y abrió espacios públicos en Dublín. Era filantrópica, pero no era solo altruismo: sabían muy bien que tener colaboradores satisfechos y felices, bien alimentados y saludables aumentaba la productividad.
Hoy en día, esa sensación de retribución y el actuar por el bien común todavía está presente: las pequeñas empresas de todo el país apoyan a los clubes y organizaciones benéficas locales y, a través de eso, fortalecen las comunidades de las que dependen sus negocios y los empleos en los que trabajan. Se están aplicando tecnologías ecológicas no solo para ahorrar en costos, sino porque las empresas saben que el entorno que todos comparten debe ser atendido.
El gobierno está pidiendo a la comunidad empresarial que durante los próximos tres años trabaje más para poner en práctica estos principios. Está pidiendo proteger el medio ambiente, apoyar al personal, procurar y actuar éticamente, y considerar su papel en la comunidad.
¿Qué hacen las empresas irlandesas para crear vínculo con la comunidad?
En los últimos cinco años, los colaboradores en Irlanda han ofrecido voluntariamente un total de un millón de horas para buenas causas en el país.
Las 57 empresas líderes en Irlanda contribuyeron con más de 28 millones de euros a organizaciones benéficas y grupos comunitarios el año pasado, mientras que los empleados acumularon 231 mil 668 horas de trabajo voluntario.
Los datos aparecen en un «Mapa de impacto empresarial» interactivo en línea que brinda un desglose condado por condado de cómo 57 compañías y sus trabajadores apoyaron a grupos de la comunidad local y organizaciones benéficas durante 2017.
Este mapa muestra que casi 12 millones de euros se otorgaron en donaciones en efectivo. Se aportaron 9.7 millones de euros a través de donaciones en especie y se recaudaron más de 5.6 millones de euros recaudando fondos de los colaboradores.
De 2013 a 2017, Business in the Community Ireland calculó que los empleados en algunas de las compañías más grandes de ese país han contribuido con un total de más de un millón de horas de voluntariado a buenas causas.
Tomás Sercovich, director ejecutivo de Business in the Community Ireland, dijo que los colaboradores quieren trabajar para empresas que apoyan sus esfuerzos de voluntariado y, principalmente, que sus valores se alineen con los del empleador. Los corporativos saben que al abordar las cuestiones sociales pueden impulsar el compromiso de los colaboradores, así como atraer y retener el mejor talento, ya que los empleados ahora esperan que sus empleadores tengan una estrategia comunitaria como estándar.
Esto es lo que hacen las empresas irlandesas para crear vínculo con la comunidad.
Los inversores y los clientes también tienen el mismo objetivo. Según los resultados del Edelman Trust Barometer que se anunciaron en enero de este año, se espera que las empresas sean «agentes de cambio«. El 63% de los encuestados en Irlanda pidieron a los directores generales que «tomen el liderazgo» sobre el cambio en lugar de esperar a que el gobierno lo imponga.
En enero de 2018, Larry Fink, CEO de Blackrock, la compañía de administración de activos más grande del mundo, anunció que la empresa tiene la intención de respaldar únicamente a negocios que «tengan un propósito social». Esto es lo que escribió en la carta a los directores ejecutivos de las compañías más grandes del mundo: «Para prosperar con el tiempo, cada empresa no solo debe ofrecer un rendimiento financiero sino mostrar cómo hace una contribución positiva a la sociedad».
De acuerdo con Sercovich, una tendencia emergente que se puede observar es que las empresas colaboran para abordar problemas sociales clave. De hecho, los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) proporcionan una directiva clara que las alienta a trabajar juntas para permitir el desarrollo sustentable. Por eso, animan a todas las compañías en Irlanda a centrarse estratégicamente en los ODS y analizar las oportunidades de asociación.
En 2017, las áreas de salud, comunidad, educación, pobreza y juventud fueron las mejor apoyadas. Se donaron más de 5 millones de euros a la salud, se donaron otros 4.5 millones a las comunidades y otros 3.5 millones se destinaron a la educación. Los problemas sociales de la pobreza y la ayuda a los niños y jóvenes recibieron contribuciones considerables. Se donaron casi 3.5 millones de euros a la pobreza y se destinaron más de 2.7 millones a niños y jóvenes.
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