De acuerdo con los conservacionistas, sólo hay 3.200 tigres en el mundo fuera de los zoologicos. En 2010, designado por Naciones Unidas como el Año Internacional de la Biodiversidad, el Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF) ha clasificado al tigre como la especie más amenazada en su lista 10 to Watch in 2010 http://www.worldwildlife.org, que identifica a las especies que corren mayor peligro de extinción.
Quizá de esta forma se consiga que los políticos de los países en los que sobreviven las mayores poblaciones en estado salvaje decidan actuar de una buena vez contra la caza y el comercio de órganos de la Panthera tigris.
De las nueve subespecies principales de tigre, tres -el de Bali, el del Caspio y el tigre de Java- ya se han extinguido. En los últimos 25 años no ha habido avistamientos fiables del tigre del sur de China, así que muchos científicos lo consideran “funcionalmente extinto”. De acuerdo con los datos de WWF, de la subespecie de Bengala, que vive en India, quedan poco más de 1.800 ejemplares.
Del Amur, o tigre siberiano que habita en Rusia, quedan 450 individuos. De la subespecie indochina, en Tailandia, quedan unos 300. Del tigre malayo unos 500 individuos, y del tigre de Sumatra menos de 400.
Las amenazas a su supervivencia vienen por todos los flancos. En algunos países, la piel de tigre sigue siendo apreciada como artículos de lujo, decoración de mal gusto del salón de algún millonario petrolero. En otros, las partes de su cuerpo se venden como pócimas curativas para infinidad de enfermedades. Aquellos que evaden a los cazadores deben enfrentar la destrucción de su hábitat.