Por Antonio Vives
En una entrevista a ser publicada en la revista Forbes Centroamérica consideramos la responsabilidad de los empresarios ricos. En economías relativamente pequeñas, donde algunos pocos empresarios controlan gran parte de la actividad económica privada, como es el caso de los países de Centroamérica, la responsabilidad de los dueños se iguala a la de la empresa. Esto hace que la responsabilidad social de la empresa tenga características singulares, no equiparables en economías de mayor tamaño ya sea en países desarrollados o en vías de desarrollo. Esto es lo que tratamos en esta entrevista (las preguntas fueron formuladas por Alejandra Aguilar, periodista independiente).
En una región como Centroamérica, donde uno de cada dos habitantes (47%) vive en pobreza, ¿ser millonario es socialmente responsable? Es decir, la acumulación de la riqueza es compatible hoy en día con la responsabilidad social?
Lo importante es la responsabilidad del millonario ante la sociedad. Es ser rico no implica ser irresponsable, puede ser una riqueza obtenida legalmente, pero puede no ser legítima. Puede haberse obtenido respetando las leyes, pero muchas veces estas leyes y regulaciones se han desarrollado bajo la influencia de estos ricos. Lo importante es la legitimidad, o sea, la aceptación general de la sociedad sobre como se ha obtenido. Y una vez obtenida esta riqueza debe ser utilizada, en la medida de lo posible, y de las necesidades de la sociedad, para mejorarla, ya sea a través de las actuaciones de las empresas que suelen poseer o dirigir ya sea a través de actividades filantrópicas empresariales y personales. Como dijo el multimillonario Andrew Carnegie a principios del siglo XX “El hombre que muere rico, muere desgraciado”. La riqueza no es incompatible con la responsabilidad ante la sociedad, pero no fácil lograr la alineación de objetivos.
Esta correlación entre riqueza y responsabilidad social, ¿cómo cambia el mundo de los negocios actual?
Debería haber una correlación, pero lamentablemente no la hay. Tanto las personas como las empresas deben reconocer que esa riqueza se ha obtenido gracias a sus esfuerzos, pero también gracias a la utilización de recursos naturales y humanos, que pertenecen a la sociedad, sin los cuales la empresa deja de existir, por los cuales no se han pagado los precios justos. Tienen obligación de devolver a la sociedad algo de lo que esta le ha dado, además de tener interés en una sociedad mas próspera que les permita aumentar esa misma riqueza. El mundo de los negocios esta cada vez mas reconociendo esa realidad, de que son parte integral de la misma, pero esto esta todavía en estado incipiente en América Latina en general y Centroamérica en particular.
¿Cuál debe ser el papel de los más ricos en el desarrollo regional, en particular, en el caso de Centroamérica?
En principio el desarrollo regional no es responsabilidad de los ricos ni de las empresas, pero sería de muy miopes no reconocer que su futuro está íntimamente correlacionado (aquí sí hay correlación) con el desarrollo económico y social. Y, en el caso de Centroamérica, más todavía ante las fallas de los gobiernos en proteger a esa sociedad y satisfacer sus necesidades básicas. No es su responsabilidad, pero no pueden permanecer indiferentes ante las deficiencias en educación, salud, acceso a agua y electricidad, a empleos dignos con sueldos justos, al desarrollo de la micro y pequeña empresa, sobre todo las de subsistencia, a través de hacer negocios con ellos. Y, además, es su responsabilidad colaborar con sus inmensos talentos a la eficiencia y efectividad de los gobiernos, pero sin caer en su captura para promover sus intereses personales.
Ligado a la pregunta previa, ¿Qué cree que están haciendo bien? ¿qué están haciendo mal o es aún un área de oportunidad?
Ha habido mucho progreso en los últimos decenios en el reconocimiento de esta responsabilidad, a vocalizarla, pero la acción efectiva todavía se limita a casos aislados, a algunas personas y empresas ilustradas. Estas tienen además la responsabilidad de atraer a estas causas a los demás. Y todavía está muy limitado a parecer responsables más que a realmente serlo, a través de acciones filantrópicas puntuales, con gran visibilidad. La oportunidad de contribuir al mejoramiento de la sociedad centroamericana es inmensa pero muy poco aprovechada. Hay mucho poder económico que no está alineando con la sociedad.
En México tenemos un caso en el estado de Chihuahua en donde a raíz de una tromba en 1990 los empresarios acordaron pagar un impuesto adicional para la reconstrucción, eso se mantuvo después de la emergencia, se constituyó un fideicomiso y dio pie a una fundación que sigue operando hoy en día, ¿conoce algún caso similar en la región centroamericana, en que los empresarios se hayan organizado para contribuir de manera voluntaria al desarrollo de la región? Independientemente de la intención, ¿se trató de un caso exitoso?
No conozco de casos en Centroamérica, pero el caso de Chihuahua es paradigmático. Fue un caso derivado de una emergencia, donde el tejido empresarial reconoció que la problemática sobrepasaba el gobierno y había necesidad de contribuir. Pero lo más importante es que este esfuerzo se continuó y continúa aun después de haberse resuelto la emergencia, lo cual constituye un buen ejemplo de la colaboración entre diferentes empresas y empresarios. Pero estos esfuerzos no deberían depender de emergencias, deberían ser el resultado de un reconocimiento de que la problemática de Centroamérica y de estados como Chihuahua es estructural, no coyuntural, de largo plazo, que requiere esfuerzos coordinados, sostenidos y sostenibles entre las partes, empresas, gobiernos y sociedad civil.
Los felicito por este artículo, sin duda ANTONIO Vives tiene un concepto claro de lo que debiera ser la RS , es un autor referente de mi tesis doctoral.