El eurodiputado socialista Ramón Jáuregui ha dicho hoy que es necesario establecer políticas públicas «flexibles y ambiciosas» a favor de la Responsabilidad Social de la Empresa en un contexto de crisis financiera global, por lo que ha resaltado que «todavía quedan retos pendientes».
Jáuregui, que ha pronunciado esta tarde la primera conferencia del año del Foro Antares bajo el título «Empresa y Sociedad en el Nuevo Siglo», ha destacado que en este proceso de cambios «con una acumulación de fenómenos sociales desconocidos hasta ahora» como crisis del capitalismo financiero, revolución femenina, migraciones o concentración urbana «deja abierto el horizonte a una reconsideración de la ecuación Estado-Mercado y una renovación profunda del contrato social».
En este contexto, según ha opinado, hay dos actitudes posibles: quedarse de brazos cruzados o tratar de influir y reformar la organización de la economía y del mundo.
Según Jáuregui, «se da una extraordinaria oportunidad para reformular un proyecto progresista y reformista» que se puede identificar en diversas tendencias.
Estas tendencias son, ha añadido el eurodiputado, la propuesta de un multilaterismo cooperativo del presidente de Estados Unidos, Barack Obama, el «avance rápido» de la gobernanza del mundo y la economía, y la configuración de «una nueva arquitectura financiera global» con la aparición de nuevos organismos de supervisión y regulación financiera.
«Estos cambios no son ajenos al mundo de la empresa, sino al contrario, todo apunta a que la empresa se inserta en un mundo de mutuas exigencias con la sociedad, las instituciones y los ciudadanos», ha señalado Jáuregui.
Considera que ha aumentado el poder de las empresas, su influencia y su capacidad de intervención en la sociedad, pero no obstante, también es «mucho más vulnerable», ha puntualizado.
Según el eurodiputado, las empresas han comprendido que en el siglo XXI sus estrategias de competitividad en la globalización «no pueden basarse en la devaluación del medioambiente, ni en el maltrato laboral ni en el incumplimiento de normativas internacionales en materia sindical o derechos humanos».
Ante esto, ha recalcado que la responsabilidad social de las empresas se ha convertido en un movimiento estructural necesario de transformación.