A partir de la Revolución Industrial iniciamos la etapa de la modernidad, caracterizada por grandes logros y avances tecnológicos.
Sin embargo, hoy en día pareciera que empezamos a pagar los costos de estos extraordinarios avances. El uso desmedido de materiales fósiles como carbón y petróleo daña la biosfera y crea serios problemas en el medio ambiente.
Los altos niveles de dióxido de carbono debido a la quema de combustibles fósiles son la principal causa del calentamiento global, de la contaminación de los mares, de la deforestación, de las sequías y de los deshielos en el Ártico y la Antártica.
El crecimiento exponencial de la población es otro de los factores de esta problemática, pues antes de 1800 no llegábamos a los 1,000 millones de habitantes.
Pareciera entonces que nuestros actuales hábitos y los beneficios que nos da la tecnología nos llevarán a un escenario catastrófico, como el que planteó Stephen Hawking, profesor de la Universidad de Cambridge.
Podemos combinar nuestro concepto de ciencia y tecnología con nuestro concepto de cultura para crear un futuro sustentable.
Desarrollar ciclos cerrados con una economía de reciclaje para disminuir nuestros desechos al máximo, disminuir nuestra dependencia del petróleo con energías alternativas renovables (solar, eólica y biomasa), casas mejor aisladas y transporte más eficiente, crear incentivos fiscales para el uso de estas energías.
Es un cambio de actitud que utiliza los beneficios que nos otorgan la ciencia y la tecnología.
El Economista, “Perspectivas con HSBC”, Termómetro Financiero, p. 24